El sol había bajado en medio de la carretera, podía verse el hermoso horizonte de colores anaranjados dignos de una postal, todo parecía de ensueño, cuando el coche de Lucas comenzó a hacer ruidos extraños.
-Eso no suena bien- sentenció preocupada la castaña.
-Tranquila, es último modelo, no va a pasar nada-
Apenas el magnate terminó de decir la frase los ruidos se hicieron más intensos y un fuerte humo salió desde el motor.
-¿Pero qué?
-¡Estaciona estaciona!- gritó Sofía colocándose el cinturón de seguridad, temiendo lo peor.
El magnate salió de la ruta, frenando a un costado, ambos se miraron preocupados.
-Quédate aquí- ordenó el joven, saliendo al exterior.
La joven lo miró desde el parabrisas y quiso reír cuando Lucas intentó abrir la tapa del motor con las manos desnudas, quemándose con el caliente metal, sonrió divertida, recordando aquel día en que lo había conocido y que no sabía cambiar ni una rueda.
Salió del auto, y se acercó con un pañuelo hasta al lado del magnate.
-A ver