Todo aquello era mi culpa, que mi hermana volviese a estar en ese estado, que no quisiese vivir, que volviese a plantearse la idea de quitarse la vida…
Ni siquiera podía mirarla a la cara, no cuando fui yo la que habló con Fígaro, la que hizo que él la metiese en ese lugar. No quería pensar dónde se había metido esa sucia rata, o en lo mucho que papá evadía la pregunta cuando le preguntaba al respecto. Sabía que estaba tramando algo, de la misma forma en la que sabía que Jack y Alex estaban con él. Pero ni siquiera quería enfrentarles y pararles, en aquel momento sólo podía mirar la escena con distancia.
Mamá nos abrió la puerta para hacernos pasar a la habitación de Sophia, yo sólo quería desaparecer.
- Ahora estás a salvo – prometió Amara dando un paso hacia ella, m