Capítulo 9: Ayuda
Al ver el caos que estaba pasando, Antonio buscó ser valiente y proteger a madre e hija.
- Señor… - le habló uno de los sirvientes – ya llame a la policía y a los guardias.
- Tch… esos imbéciles ¿Qué están haciendo? porque dejaron que cualquiera entrara a la villa.
Justo en eso la puerta fue derribada y varios hombres ingresaron a la casa.
- Vaya… vaya, pero mira qué vida de rica te estás dando con dinero ajeno – mencionó un hombre de complexión fornida.
- Iris, pensaste que al mudarte te liberarás de pagar tu deuda – comentó un hombre calvo.
- Ma… Marco, Ramón – saludó la rubia mayor un poco nerviosa.
- Iris, al parecer eres igual de descarada que tu difunto marido que solo piden y piden, para luego buscar esconderse y evitar pagar su deuda.
- No… yo no…
- Señores por favor, cálmense, no necesitan llegar tan lejos – habló rápidamente el pelinegro al ver que ellas estaban asustadas.
- ¿Y quién eres tú? – preguntó Ramón frunciendo el ceño.
- Antonio es mi pareja – hab