Capítulo 26: Últimos Momentos
Una vez que la subió al vehículo, se alejó rápidamente del lugar.
- MALDITA SEA ¿PORQUE HACES ESO? – se quejó Antonio mientras giraba de forma brusca el volante en una curva.
- … - Erika solo hizo una mueca y se aferró a su asiento – An… Antonio baja la velocidad, por favor.
- ¿Tienes miedo? – preguntó divertido aumentando la velocidad.
- Por favor, basta… vas a matarnos.
- Cállate y ahora explícame: eres comprensiva porque ya tienes otro ¿AH?
- Claro que no, Abel y yo no…
- No mientas – dijo mirándola a los ojos, apartando la mirada del camino.
- ¡ANTONIO! – gritó asustada al ver que el volante giró de golpe y estaban por irse contra un árbol.
- CONTESTA… ¡AH! - el pelinegro se asustó y busco recuperar el control del vehículo, incluso pisó con fuerza los frenos.
Por suerte, el vehículo se detuvo a centímetros del árbol.
Ambos acabaron jadeando por culpa del susto.
- Bájate… - ordenó Antonio.
- ¿Qué?
- QUE TE BAJES.
- Pero tú me obligaste a subir.
- Ah… a