—Déjame solo— pasa por el lado de Cloe y regresa a la habitación.
—¿Te has arrepentido de estar conmigo?— Ella lo sigue y al estar en la habitación él le responde.
—¡No, caray! Paso— la mira con seriedad. —No recuerdo nada de lo que pasó. Eso es extraño.
—Bebiste mucho, además, por más que te dije que no, no me soltaste, y porque te amo, me dejé llevar. ¿Eso es un delito? ¿Dime entonces que soy una más de tus mujeres?— El silencio de Archie la enfada. —¡Lo sabía! ¡Para eso me querías conquistar!— Agarra su vestido roto. —Has dañado mi vestido. ¿Podrías al menos ser un caballero y mandarme a traer uno?
—No tienes por qué enfadarte, Cleo.
—¿No?— Sonríe con amargura. —¡Fui una tonta al venir preocupada por ti! ¡Busca un vestido! ¡Me quiero ir!— Le da la espalda.
—¡Espera!— Archie pasa su mano derecha por su rostro de desespero.
—Archie, por favor, no alarguemos el asunto.
—Necesito saber si nos cuidamos— Ella hace una mueca de disgusto y lo voltea a mirar.