31 “Se supo la Verdad”
CAMIL DE LA FUENTE
Entre por la puerta del hospital caminando pareciendo un zombie. La noche sin dormir me había sacando unas bonitas ojeras, a lo oso panda. Es que las preocupaciones maltratan más que una guardia entera entrando y saliendo de un quirófano.
La mañana sería bastante complicada si no lograba despabilarme.
Al menos Emira había descansado y había llegado a la escuela feliz como lombriz y habiendo mil preguntas de cuando y cómo volvería a ver a su papito.
Nunca creí poder escuchar la palabra «papá» tantas veces seguidas, pero mi hija había roto todos los record posibles, y están absolutamente feliz.
Yo aún tenía mis reservas, pero hasta ahora Farid había resultado ser encantador.
Los años nos darían la sabiduría para llevar la fiesta en paz, y aunque fuera separados sacar adelante a nuestra hija.
Marta me abordó con un café en las manos y tan pronto llegamos al cuarto de los médicos nos sentamos una frente a otra, para degustar ese café en silencio.