FRANCO Y LEONELA

Esta historia habla acerca como las dos familias ponen primero los prejuicios y las críticas, antes que el amor de sus hijos y lo que ellos realmente sienten y piensan.

         Los apellidos de estas dos familias importantes son: la familia Salinas y la familia Castañedas y como se dejan llevar por todos, menos por el amor que sienten por sus hijos.

         La familia Salinas como la familia Castañedas son los tipos de familias quienes tener una buena posición social y tener un excelente trabajo son la clave del éxito.

         La familia Salinas como la familia Castañedas son los tipos de familias quienes piensan que los homosexuales y los transexuales son producto del Diablo y por tal motivo, no deben de seguir viviendo.

         La familia Salinas como la familia Castañedas son los tipos de familias quienes piensan que tener hijos homosexuales, son la peor humillación y aberración para ellos y para la Sociedad.    

         Tanto la familia Salinas como la familia Castañedas, están en contra de los homosexuales y de las lesbianas. 

La familia Salinas como la familia Castañedas son los tipos de familias quienes piensan que deberían de exterminar a todas las personas pertenecientes a la Comunidad LGTB, como Adolf Hitler exterminó a los judíos en ese momento.

La familia Salinas como la familia Castañedas son los tipos de familias quienes piensan que todas las personas pertenecientes a la Comunidad LGTB, no son personas; sino, aberraciones quienes están en la Tierra, para alabar al Diablo.

La familia Salinas como la familia Castañedas son los tipos de familias quienes piensan que tener un hijo varón como primogénito, lo es todo en la vida y lo más importante.

Ambas familias, siempre han apoyado a las personas quienes desean exterminar a la Comunidad LGTB o hacen de todo, para que sientan vergüenza de ser como son.

         Los esposos Salinas tienen dos hijos quienes son: Franco y Sebastián y ambos son el orgullo de su familia y amigos.

         Los cuatro viven una vida que cualquier persona desea tenerla, más el prestigio que tienen en la Alta Sociedad.

         Lo que nadie sabe; ni mucho menos, sospecha es que, Franco está locamente y profundamente enamorado de Santiago Villarroel.

         Ambos tienen una relación estable de seis años.  Los dos se conocieron por medio de la mejor amiga de Franco, Leonela.

         Al igual que la familia de su mejor amigo Franco, la familia de Leonela, goza el mismo prestigio porque, ambas familias son unidas y se los ven juntos por todas partes.

         Lo que nadie sabe; ni mucho menos, sospecha es que, Leonela está locamente y profundamente enamorada de Rosa Castañón.

         Al igual que Franco y Santiago quienes tienen una relación estable de seis años, lo mismo pasa con Leonela y Rosa y las dos se conocieron por medio de Franco.

         Ambos sabían de sus preferencias sexuales, desde que estaban en el colegio y desde ese momento, lo han mantenido en secreto.

         Los dos han mantenido sus preferencias sexuales en secreto porque si alguien se entera de la verdad, les dirán en ese momento a sus respectivas familias quienes, los llevarían donde un experto para que les den electro shocks.

         Los dos sabían a la perfección lo que pasaba a las personas quienes decían abiertamente sus preferencias sexuales y tan sólo recordarlo, sintieron pánico de saber que ellos podían pasar por eso.

         También está el hecho que, ambos tenían amigos quienes eran homosexuales y cuando les dijeron a sus respectivas familias, la primera reacción que tuvieron fue, maldecirlos.

         Después de eso, les dijeron hasta el cansancio cuánto aborrecían a los homosexuales y finalmente, los llevaron donde varios especialistas quienes, les dieron todo tipo de electro shocks.

         Una semana antes de morir, los amigos de Franco y de Leonela, se acercaron a ellos y les dijeron lo siguiente: "Por favor amigos, nunca digan a nadie sobre sus preferencias sexuales, porque no queremos que terminen como nosotros.  Esto que somos ahora, se acerca más a fantasmas que lo que éramos antes"

         Después que les dijeron eso, se fueron y a la semana, recibieron la amarga noticia que ellos están muertos.

         Cuando se enteraron de la noticia, no sabían cómo reaccionar y lo único que podían hacer es llorar desconsoladamente ante la pérdida de sus mejores amigos.

         Inmediatamente, recordaron las palabras de sus amigos, al no decir a nadie sobre sus preferencias sexuales y después de lo ocurrido, Franco y Leonela decidieron mantener oculta sus preferencias sexuales y así lo han hecho hasta la actualidad.

         Por el otro lado, ambos no les dijeron a sus respectivas familias sobre sus preferencias sexuales, debido a la reacción de ellos y de lo que serían capaces de hacerles.

         También tenían el conocimiento que, si de verdad querían amar libremente a sus respectivas parejas, tenían que ir a vivir a otro país y olvidarse de que tienen familia y eso, hacía que se les encogiesen sus respectivos corazones.

         Durante estos años, tanto Franco como Leonela, han vivido doble vida.

         Por un lado, ambos han aparentado, delante de sus respectivos familiares y amigos que no son homosexuales y que no sintieron dolor cuando murieron sus amigos.

         Por el otro lado, sufrieron demasiado ante la pérdida de sus amigos y mantienen oculta su relación gay que se hace cada día, más fuerte y difícil de ocultar.

         Esa relación gay que los hacen inmensamente felices es la verdadera razón, por la cual, ellos se han mantenido firme y aguantándolo todo y también está el hecho que, Franco y Leonela, siempre han estado juntos desde que empezó todo esto y su relación de amistad, se ha hecho cada vez más fuerte.

         Los cuatro trataban de no coincidir en ningún evento para que nadie notase cuán enamorados están los cuatro y que ese amor, crece día tras día.

         "¿Cuándo vamos hacer pública nuestra relación?", les preguntaban después de hacer el amor.

         "No lo sé, quizás algún día.  No sabemos con exactitud el día en que haríamos público lo nuestro; pero, por ahora, nos veremos a escondidas", les respondían, después de darles un tierno beso en la boca.

         Los papás de Franco y de Leonela, empezaron a presionar a sus hijos, sobre casamiento e hijos.    

         "Bueno, no es por presionar; pero, ¿para cuándo es la boda?", preguntó el papá de Leonela, impaciente por tener yerno y nietos.

Lo mismo pasaba con Franco y sus papás, quienes no paraban de formular la misma pregunta, todas las veces que se veían.

Y todas esas veces que su familia le hacía esa pegunta, Franco, de manera sutil, cambiaba de tema, para no herir a su familia diciéndoles la verdad.

La verdadera razón de la insistencia de la familia de Franco con verlo casado con Leonela, se debe a que su hijo menor Sebastián, decidió ser cura; así que, han puesto todas las esperanzas en Franco.

         Ambas familias siempre han soñado con ver a Franco y a Leonela casándose y tener la casa repleta de hijos.

         También está el hecho que, ambas familias, siempre se han llevado bien y tienen varios negocios juntos y son accionistas de negocios importantes.

         "Papá, no va haber boda porque no estamos enamorados", le respondió Leonela, sincera y directa, al notar la insistencia de su papá.

         "Lo sé, pero aún no pierdo las esperanzas de que las haya", le respondió eso, después de beber una copa de vino Shiraz.

         El real motivo por el cual ambas familias no paraban de insistir con el casamiento de ambos, se debe a que hay rumores que son gays y de sólo imaginarlo, ambas familias sintieron asco y repulsión al respecto.

No podían concebir la idea que ellos sean gays y decidieron pensar que es una broma de mal gusto y por tal motivo, decidieron insistir con el casamiento.

         Desde ese momento, tanto los papás de Franco como los papás de Leonela, no dejaron de insistir con el casamiento y lo han hecho más insistente, después de enterarse que Sebastián, el hermano menor de Franco, tomó la decisión de convertirse en cura.

         Ante la insistencia de ambas familias, Franco y Leonela no tuvieron más opción que reunirse con Santiago y Rosa, para decirles lo que estaba ocurriendo con las respectivas familias de ellos.

         Los cuatro habían acordaron reunirse en la casa de Franco, para que nadie los molestase y así, hablar con más tranquilidad sobre lo que les molestaban.

         "Santiago y Rosa, nuestros papás están insistiéndonos para que nos casemos y les demos nietos", les dijo Franco, nervioso y tenso ante la mirada inquisitoria y la respuesta de Santiago.

"¿Qué? ¡Lo sabía! Sabía que tarde o temprano, sus papás harían hasta lo imposible para que se casen y que les den nietos.  Te lo dije muchísimas veces y optaste por no creerme.  Ahora, ¿qué van hacer? ¿Se van a casar para complacer a sus papás?", dijo todo eso Santiago, alzando cada vez más la voz; hasta que, terminó gritando de la ira.

"No sabemos qué hacer y es por eso que les estamos contando esto, para que juntos demos con una solución a este problema", respondió Franco, mientras se acercaba a Santiago para calmarlo.

"Yo estoy de acuerdo con Santiago en todo y los dos, les advertimos lo que iba a pasar si ustedes continuaban con la idea de no decir nada a sus papás", dijo Rosa, apoyando a Santiago en todo y estando por primera vez, en desacuerdo con Leonela.

"Gracias Rosa.  Tengo varias preguntas por hacer y son: ¿qué van hacer ahora? ¿Vamos a continuar con esta relación en secreto o se atreverán a decirles a sus respectivas familias la verdad?", preguntó Santiago, buscando la mirada de Franco para ver su reacción.

Y lo mismo estaba haciendo Rosa con Leonela, porque de verdad deseaban saber cuál es el siguiente paso que deberían de dar.

"Por ahora, es mejor no decir nada a nadie que somos parejas, hasta ver cómo van evolucionando las cosas.  Por el otro lado, creemos que no es el momento adecuado para decir la verdad a nuestros familiares", terminó diciendo Franco, nervioso ante la mirada penetrante de Santiago.

"¿Cuándo es el momento para ustedes, decir la verdad?  ¿Hasta cuándo pretenden mantenernos ocultos?  Lo que nos hacen pensar con todo esto es que sienten vergüenza de nosotros y es por eso que nos dicen puras mentiras porque creen que vamos a seguir creyéndoles", respondió Santiago gritando porque ya estaba harto; al igual que Rosa, de continuar en el anonimato.

"Nosotros no sentimos vergüenza de ustedes; pero, entiendan nuestra situación", dijo Leonela, intentando calmar tanto a Santiago como a Rosa.

"Ya estamos hartos de sus excusas.  Si ustedes deciden casarse, sólo para complacer a sus respectivos familiares, olvidándose de lo que tenemos; entonces, no tenemos más opción que dar por terminada nuestra relación y para siempre", dijo Rosa, poniendo un ultimátum a Franco y a Leonela.

"No nos hagan esto por favor, no ven que no tenemos más opción que casarnos, para complacer a nuestros familiares; además, no podemos decir absolutamente nada de nuestras preferencias sexuales, porque tenemos miedo a la reacción que ellos puedan tener al respecto", dijo Leonela, suplicando para que ellos no los dejen.

"Ustedes ya saben cómo pensamos; así que, en sus manos están la decisión final: casarse o continuar con nosotros.  Ustedes tienen la última palabra y la decisión final", les dijo Rosa, siendo fuerte con el ultimátum para Leonela y para Franco.

"¿No podemos negociar éste ultimátum? Por favor, no nos hagan esto, se los suplicamos.  Entiéndanos, no tenemos más opción que casarnos, estamos acorralados", dijo Franco, ayudando a Leonela para que ellos entiendan y los apoyen como siempre lo han hecho.

"No, entiéndanos ustedes a nosotros.  Ya no podemos más con esta situación.  Si ustedes deciden casarse, nos pierden para siempre, porque", a diferencia de ustedes, nuestro amor por ustedes es puro y somos capaces de enfrentarnos al mundo por este amor; pero, si ustedes no están con nosotros en esta pelea, no tiene caso continuar con esto", dijo Rosa, harta de tener que ocultar su amor por Leonela.

"Lo mismo va para ti, Franco.  Si decides seguir adelante con esta estúpida idea de casarse entre ustedes, me pierdes y para siempre.  Me iré tan lejos que, nunca sabrás nada de mí", dijo esto Santiago, firme en su decisión.

Tanto Rosa como Santiago, estaban cansados de tener que ocultar el inmenso amor que sienten por Leonela y por Franco.

Al principio, ellos accedieron en mantener oculta su relación, cuando conocieron a los familiares de ellos, porque ellos fueron criados diferentes y con rechazo a la Comunidad LGTB.

Debido a esa crianza que tuvieron los familiares de Franco y de Leonela, no pueden aceptar a nadie que vaya en contra de todo lo que les han enseñado.

Y en este momento, son Leonela y Franco quienes, están sufriendo porque se encuentran en medio de dos amores completamente diferentes: por un lado, están sus familiares y por el otro lado, están sus grandes amores de sus vidas.

No pudieron más con la presión que estaban sintiendo y empezaron a llorar.  No aguantaron más la presión que tenían y querían por un instante, sentir que eran libres y que podían amar a quienes ellos deseasen; aunque, eso sea mentira.

"Con su indecisión nos dan a entender que, están contemplando la idea de casarse.  No tenemos más nada que decir.  Adiós", les dijo Santiago.

Santiago y Rosa se fueron, sin hacer caso a las súplicas de Franco y de Leonela de quedarse esta noche con ellos.

Los cuatro sintieron una terrible presión sobre sus hombros y por primera vez se dieron cuenta la crueldad del destino y que ellos son, simplemente marionetas del destino.  Un destino que se empeña en separarlos.

Rosa y Santiago sintieron que ya agotaron todos los recursos y que ya no podían más con esta situación; así que, los dos fueron directamente a sus respectivas casas y cuando llegaron allá, empezaron a empacar absolutamente todas las cosas de ellos.

Una vez que estaba todo listo, cada uno de ellos, decidieron dejar una nota tanto a Franco como a Leonela.  En la carta, decía lo siguiente:

"Cuando ustedes vean nuestras cartas, significa que nosotros estamos lejos de ustedes y que nunca más nos verán.

Nosotros, ya no podemos seguir con esta situación que nos están amargando a los cuatro.  No queremos estar en una relación donde, todo el mundo importa, menos nosotros.

Sabemos que, para ustedes, la familia es lo más importante y eso, lo entendemos; pero, nosotros no podemos estar en una relación donde tengamos que vernos a escondidas y con miedo de que alguien nos pueda ver y decirles a sus familiares.

Los dejamos y buena suerte en su matrimonio y que Dios, bendiga su unión"

Santiago y Rosa, dejaron sus respectivas cartas, en la mesa de la sala y se fueron.

Mientras tanto, Franco y Leonela, han estado tan ocupados estas dos semanas que, no tuvieron tiempo de ir a las casas de Santiago y de Rosa.

Era viernes en la noche cuando ellos decidieron ir a visitarlos.  Cuando llegaron a las casas de ellos, notaron que, no había ni música, las luces no estaban encendidas y que los faroles no estaban prendidos.

Sin esperar a que les abran la puerta, decidieron entrar.  Cuando entraron, notaron que había una carta en la mesa de la sala; entonces, cogieron la carta y empezaron a leerla.

No podían creer lo que estaban leyendo, sintieron como se les encogían sus corazones y al mismo tiempo, sintieron que, sus corazones estaban desangrándose, mientras estaban leyendo las cartas de ellos.

No aguantaron más y decidieron ahogarse en el alcohol; así que, los dos fueron al bar más cercano y mientras bebían, decidieron hablar sobre las cartas que ellos les habían dejado.

Ninguno de los dos, podían creer que Santiago y Rosa se fueron sin hablar con ellos.

Franco y Leonela sintieron que, sus vidas ya no valían nada y que ya no tenían fuerzas para pelear por nadie ni por nada.

Bebieron sin parar hasta el día siguiente y habían tomado la decisión de casarse.

Después de cuatro días que tuvieron una fuerte resaca, llamaron a sus respectivas familias y los citaron en la casa de Franco y ahí, sin esperar más, les dijeron que se casarían y que la boda sería dentro de dos semanas.

Y así fue.  Pasaron las dos semanas y se casaron por la Iglesia y los casó el hermano menor de Franco, Sebastián.

Franco y Leonela se casaron sin amor y sin el amor de sus respectivas parejas.

Mientras todos estaban felices por el matrimonio, ellos estaban sintiendo que estaban en un callejón sin salida y que se estaban ahogando y que no tenían salva vidas cerca de ellos.

Pasaron dos meses desde que se casaron y no encontraban sentido a la vida que tenían porque, ellos no estaban ahí para apoyarlos.

Franco y Leonela sintieron que ya no podían más con aquella situación; ni mucho menos, con las mentiras y tomaron la decisión de sincerarse con Sebastián.

Sebastián no podía creer lo que estaba escuchando.  No sabía que sentir o que pensar al respecto y lo primero que sintió fue ira por la mentira que sostuvieron los dos: el de casarse sin estar enamorados y amar a otras personas de su mismo sexo.

"¿Qué me están diciendo?  ¿Qué se casaron sin estar enamorados? ¿Qué son gays?", les preguntó Sebastián, en un tono acusatorio.

"Esa es nuestra verdad y ya no podemos más con este peso que nos está matando", dijo Franco, aliviado tras contarle toda la verdad a su hermano.

"Pero lo peor de todo es que, en medio de todo esto, hemos perdido a las únicas personas quienes nosotros realmente amamos y nos han hecho inmensamente felices", dijo Leonela, triste tras recordar lo sucedido.

"¿Y qué van hacer ahora?  ¿Les contarán la verdad a nuestras familias o seguirán con esta mentira?", les preguntó Sebastián, más calmado y en un tono pacífico.

"Hemos decidido decir la verdad a nuestras familias e ir en la búsqueda de nuestros amores de nuestras vidas", dijo finalmente Leonela, igual de tranquila que Sebastián.

"Hermanito, ¿nos perdonas por no haberte dicho la verdad desde un comienzo?  ¿Nos apoyas o estás en contra nuestra?", le preguntó Franco, inquieto por la respuesta de su hermano Sebastián.

"Claro que los perdono y estoy con ustedes.  Buena suerte con nuestra familia", les dijo Sebastián.

"Gracias hermanito por tu apoyo", le dijo Franco, mientras abrazaba a su hermano.

"De verdad Sebastián, gracias por todo y por tu apoyo", le dijo Leonela, mientras se acercaba a él para abrazarlo.

"¿Y cuándo les dirán a nuestras familias la verdad?", preguntó Sebastián, algo inquieto por la reacción de los familiares de ellos; pero, tranquilo y feliz porque apoya a su hermano y a Leonela en su totalidad.

"Les diremos hoy mismo porque sabemos que ya no podemos seguir con esta mentira por más tiempo", respondió Leonela, feliz porque ha decidido que ya no esconderá más que es lesbiana y nerviosa ante la posible respuesta y reacción de su familia.

"¿De verdad hermanito que estás con nosotros?", le preguntó Franco, bien nervioso e inseguro por la respuesta de su hermano.

"Hermanito si tu miedo se debe a como nuestros papás nos han criado, tranquilo que yo no pienso como ellos.  Yo no tengo nada en contra de la Comunidad LGTB y te apoyaré siempre hermanito porque, ante todo, somos hermanos, los mejores amigos y confidentes y no quiero que eso cambie jamás", le respondió Sebastián, en un tono sincero.

"Gracias hermanito por tus sinceras palabras y por tu apoyo.  Yo sé que siempre puedo contar contigo", le dijo Franco, mientras abrazaba a su hermano, llorando de la felicidad por contar con el apoyo de su hermano.

"Es verdad.  Siempre puedes contar conmigo, sin importar cuán fuerte o cuán importante es lo que tengas que decirme, siempre estaré ahí para ti, apoyándote en todo y me duele que no me hayas dicho esto antes", le dijo Sebastián, dándole una palmadita a su hermano en la espalada, en respuesta al apoyo que le está dando.

A pesar de que sus papás los hayan criado de manera estricta y odiando a los gays, ellos siempre han mantenido una fuerte relación de hermanos y por tal motivo, siempre se las han ingeniado para hacer algunas travesuras de pequeños.

Conforme iban creciendo, su relación de hermanos se estaba haciendo cada vez más fuerte y nunca han tenido en cuenta sus diferencias de edades, para hacer todo juntos; incluyendo, ir a fiestas.

También está el hecho que, siempre se han admirado y se han respetado demasiado y que cada logro que tenían, era motivo de celebración para ellos.

Tanto Sebastián como Franco, siempre han sabido que, sin importar la situación o el problema que tenían, siempre podían apoyarse entre ellos y contarse todo; para que así, puedan darse los mejores consejos y buscar la mejor solución al problema que tenían en ese momento.  

"Y, ¿cuándo tienen pensado decir la verdad a nuestros respectivos familiares sobre esto?", preguntó Sebastián, inquieto porque tanto Franco como Leonela, tenían que enfrentarse a sus respectivos familiares; ya sea, juntos o separados y que no iba hacer nada bueno ese encuentro.

"Esta misma noche; pero, antes de decirles la verdad a ellos, sentía que tenía que hablar contigo primero y que escucharas mi verdad y como han ocurrido las cosas", le dijo Franco, con un tono de absoluta sinceridad y honestidad hacia su hermano.

Por primera vez en la vida, Franco estaba dispuesto a decir la verdad y que todos supiesen que él es homosexual porque, de verdad quería dejar de fingir ser algo que no es.

Y lo mismo le pasaba a Leonela.  Ambos querían dejar de fingir algo que jamás serán y también deseaban que sus respectivos familiares, los amasen como ellos realmente son y no lo que han estado aparentando ser. 

"Estoy sumamente orgulloso de ti hermanito y por primera vez en la vida, veo que estás dispuesto a todo, por el amor de Santiago.  Tengo que conocerlo porque, gracias a él, estás dispuesto y decidido a todo", le dijo Sebastián, mientras abrazaba a su hermano.

"Yo sé que él te hubiese caído bien; pero, él ya no está conmigo y no sé dónde está en estos momentos", le respondió Franco, triste tras recordar la partida de Santiago.

"Y cambiando un poco el tema, veo que tú también, Leonela, estás decidida a todo y al igual de lo que le dije a mi hermano que quiero conocer a Santiago, también quiero conocer a Rosa porque, gracias a ella, tú también estás dispuesta a todo", le dijo Sebastián, tranquilo y al mismo tiempo feliz porque Franco, le había contado su secreto más íntimo.

"Gracias Sebastián.  Lo mismo me pasa a mí con Rosa; pero, yo sé que ustedes tres, Santiago, Rosa y tú, se hubiesen llevado súper bien", le dijo Leonela, también triste.

Sebastián se levantó y le pidió lo mismo a Franco y a Leonela.  Cuando los tres estaban de pie, Sebastián los abrazó y los dos no pudieron más y lloraron.

"Tranquilos muchachos.  Yo tengo fe de que ustedes van a recuperar a sus amores de sus vidas y ésta vez, será para siempre", les dijo Sebastián, igual de sincero que Franco y Leonela.

Franco y Leonela se fueron felices y tranquilos, después de hablar con Sebastián y comprendieron que, nunca hay que pretender algo que no son porque, tarde o temprano, la verdad siempre sale a la luz.

Ya era de noche cuando fueron los familiares de Franco y Leonela a la casa de ellos.

Los familiares de ambos, fueron felices porque pensaron que les contarían que iban hacer abuelos; pero, después de escuchar la verdad que habían ocultado tanto tiempo, se enfurecieron con ellos y les dijeron que ya no son más sus hijos.

Franco y Leonela estaban tristes tras ver la reacción de ellos y no sabían que hacer; pero, antes que reaccionaran, sus papás, ya se habían ido de la casa.

Al día siguiente, los dos van donde un juzgado y en el cual, solicitan el divorcio, explicando que ya no pueden seguir con ésta mentira porque los dos son gays.

Las personas quienes estaban en ese momento, se sorprendieron y después de eso, comenzaron a humillarlos, por sus preferencias sexuales.

Los dos simplemente se fueron y les contaron a Sebastián lo ocurrido.

Sebastián les pidió a los dos que se calmaran y que él, los ayudarían con el trámite del divorcio y también, con sus respectivos familiares.

"Te estaremos eternamente agradecidos si nos ayudas con el trámite del divorcio; pero, con lo que respecta a nuestros respectivos familiares, no puedes hacer nada porque, ellos fueron claros con nosotros y nosotros queremos respetar sus decisiones", le respondió Franco, triste por la reacción de las personas del juzgado y aún más triste, por la reacción de su propia familia.

"Ok, los ayudaré con el divorcio y no hablaré con nuestros respectivos familiares al respecto y lo que ustedes deberían de hacer en este momento es, tratar de ubicar a Santiago y a Rosa y contarles toda la verdad; para que así, los perdonen y vuelvan a estar juntos y esta vez, para siempre", les dijo Sebastián a los dos.

"Gracias hermanito; pero, ¿dónde los encontraríamos? Ellos se fueron y sin decirnos a dónde irían", le respondió Franco bien triste por cómo resultaron las cosas.

"No lo sé; pero, si de verdad los aman, no hay ya más obstáculos que eliminar y eso de no saben por dónde empezar, creo que está de más.  Si de verdad los aman, no debería de haber impedimentos para encontrarlos", les dijo Sebastián, motivándolos a que los busquen.

    "Gracias hermanito por tus sinceras palabras y otra vez gracias por comprendernos y por entendernos", les dijo Franco, sensible por la conversación que tuvo con su hermanito.

Después de varios años de esconder lo que verdaderamente él es, es la primera vez que puede confiar su secreto a otra persona quien no es su mejor amiga.

Franco estaba feliz por haber hablado sobre esto con su hermano Sebastián y por contar otra vez con él porque ya no quería seguir escondiéndose y también quería ser sincero, honesto y directo con todos sobre sus preferencias sexuales, deseando que no lo discriminen por ser como es.

    "Gracias Sebastián por apoyarnos y por entender nuestras razones por las cuales, no hemos dicho a nadie sobre nuestras preferencias sexuales y por qué tuvimos que escondernos tras algo que nunca seremos", le dijo Leonela, también sensible por la conversación que sostuvo con Sebastián.

Después de esta conversación, los tres sintieron que, estaban más unidos que antes y que pase lo que pase, sabían que siempre podían contar con ellos para todo.  

     "No tienen que darme las gracias y si ustedes me hubiesen dicho esto desde un principio, podíamos encontrar una solución más factible a todo esto; en vez de, esconder y pretender algo que nunca serán", les dijo Sebastián, sensible por la conversación que tuvo con su hermano y con Leonela.

    "Después de volver hablar contigo sobre todo esto, ahora sabemos perfectamente lo que tenemos que hacer", les dijeron Franco y Leonela, más seguros que antes.

    "Me alegra escuchar eso y les doy mi sincera bendición para todo; en especial, si se trata de la felicidad de ustedes", les dijo Sebastián, motivándolos a encontrar la verdadera felicidad que es el verdadero amor.

Después de contratar a varios detectives privados, lograron encontrar a Santiago Villaroel y a Rosa Castañón.

Ellos estaban en París – Francia, estudiando un Post – Grado, de acuerdo a las carreras que habían escogido años atrás.

“¿Qué hacen ustedes aquí? ¿No deberían de estar en su luna de miel?”, preguntó Rosa, intrigada de verlos juntos y que lograron encontrarlos.

“Estamos aquí por ustedes, para que nos den una nueva oportunidad”, respondió Leonela, mientras miraba a Rosa, con ojos suplicantes, pidiendo perdón.

  “No sabemos por qué quieren que les demos una nueva oportunidad, si ustedes nos dejaron libres y se casaron, por el miedo a las habladurías”, dijo Santiago Villarroel, furioso por todo lo que los cuatro tuvieron que pasar, sólo por el miedo a la reacción de la familia de Franco y de Leonela.

Franco y Leonela, estaban dispuestos a todo, para lograr el perdón de Santiago y de Rosa porque, ya no querían seguir viviendo lejos de ellos.

“Queremos que nos den una nueva oportunidad porque, realmente estamos locamente enamorados de ustedes”, respondió Franco, mientras se estaba acercando a Santiago para darle un beso.

“No van a lograr fácilmente nuestro perdón, tienen que trabajar duro, porque ustedes nos hirieron bastante”, les dijo Santiago, haciendo un esfuerzo para alejarse de Franco.

“Lo sabemos y lo vamos hacer; pero, esta vez, lo vamos hacer bien porque de verdad queremos estar de nuevo con ustedes”, dijo Franco, mientras abrazaba a Santiago y él le devolvía el abrazo.

“Y esta vez, nada ni nadie nos van a volver a separar”, dijo Leonela, mientras abrazaba a Rosa.

“Yo también pienso igual”, dijo Franco, feliz de estar junto a Santiago.

“Pero esta vez nada de escondernos y tienen que hablar con sus respectivas familias al respecto”, dijo Santiago, mientras le cogía de la mano a Franco.  

“Ya le contamos toda la verdad a ellos y nosotros ya estamos divorciados”, dijo Franco, mientras abrazaba a Santiago.

“Por fin ya no más mentiras, secretos y nada de escondernos”, dijo Rosa, mientras miraba con amor a Leonela.

“Estoy de acuerdo contigo Rosa”, dijo Santiago, mientras se acercaba más a Franco.

“Y mi hermano Sebastián, también sabe la verdad porque él fue el primero a quien se lo contamos”, dijo Franco, mientras abrazaba fuerte a Santiago.

“¿Y cuál fue su reacción?”, preguntó Santiago, nervioso por lo que estaba a punto de escuchar.

La razón por la cual Santiago se ponía así, se debe a que, por fin, Franco se animó a contar a su hermano la verdad, a no seguir ocultándose más y a decir a todo el mundo que él es homosexual.

Esta es la primera vez que, Santiago ve más seguro a Franco que lo que era cuando se conocieron.

También sintió que, por primera vez desde que se conocieron, Franco está dispuesto a todo; con tal que, lo dejen ser feliz junto al hombre quien realmente ama.

Franco, por su parte, sentía que podía hacer eso y mucho más, por el amor de Santiago; inclusive, es capaz de aguantar que su propia familia lo humillen y nieguen de él.

Lo mismo le pasaba a Rosa con Leonela.  Esta es la primera vez que Rosa ve a Leonela más segura de sí misma y logró alejar los miedos que ella antes había sentido.    

     “Mi hermano Sebastián nos apoya incondicionalmente en todo y fue él quien nos ayudó a tener más seguridad y confianza en nosotros mismos y al enfrentarnos a nuestra propia familia, diciéndoles toda la verdad”, dijo Franco, en un tono seguro de lo que estaba diciendo y Santiago notó que, por primera vez en sus vidas, Franco se sentía libre y feliz.

“¿De verdad que nos apoya incondicionalmente?”, preguntó Santiago, nervioso por todo lo que estaba escuchando.

Santiago no podía creer que por fin sus problemas se estaban resolviendo y que esta vez, ya no va haber ningún obstáculo que les impida estar los cuatro juntos.

Por el otro lado, quería creer que todo eso es cierto porque, ya no quería sufrir más de lo que ha sufrido hasta ese momento.

“Sí, mi hermano nos apoya incondicionalmente en todo y ha hecho hasta lo imposible para vernos felices y para que empezáramos la búsqueda de ustedes”, dijo Franco, mientras miraba a Santiago y él vio como le brillaba los ojos a Franco.

“¿Eso les dijo? Y ¿qué más les dijo?”, preguntó Santiago, más calmado y tranquilo, después de escuchar que los cuatro cuentan con el apoyo incondicional de Sebastián.

“Nos alentó a pelear por el amor de ustedes y que ya no debemos de seguir escondiéndonos”, dijo finalmente Franco, feliz de poder disfrutar de su relación junto a Santiago.

“Quiero conocer a tu hermano, parece ser un hombre sabio y nos alegra que haya logrado que ustedes entren en razón”, dijo Santiago, feliz de escuchar todo eso.

“Y él también quiere conocerlos; en especial, a ti, Santiago quien, eres el dueño del amor de Franco”, dijo Leonela, feliz de poder decir a todo el mundo que está enamorada de Rosa.

“¿En serio? ¿De verdad que desea conocerme?”, preguntó Santiago, nervioso porque Sebastián, desea conocerlo personalmente.

“Si tonto, de verdad que mi hermano desea conocerte”, le respondió Franco, mirándolo tiernamente.

“¿Y qué piensa tu hermano de mí?”, le preguntó Santiago, intrigado y nervioso ante la respuesta de Franco.

“Mi hermano piensa que debes de ser alguien especial para que hayas logrado robarme mi corazón”, le respondió Franco, mirándolo tiernamente.

  “¿Especial? ¿Yo? Yo no soy para nada especial; simplemente, soy un hombre enamorado”, le dijo Santiago, halagado por lo que le había dicho Franco.

  Y lo mismo pasa contigo Rosa, Sebastián, el hermano menor de Franco, quiere conocerte”, le dijo Leonela, feliz de darle personalmente la noticia.

  “¿Qué? ¿En serio? ¿No se escandalizó de que los cuatro somos gays?”, le preguntó Rosa, nerviosa tras escuchar esto de Leonela.

  Sebastián jamás se escandalizaría de esto porque, ante todo, él es el mejor amigo y hermano de Franco y siempre va a estar apoyándolo”, le dijo Leonela, feliz de saber que podrían contar con Sebastián para todo.

Después de que Rosa y Santiago lo pensaran bien, decidieron aceptar el encuentro con Sebastián.

Los dos tenían miedo porque, esa sería la primera vez que alguien que no fuese ninguno de los cuatro, quería conocerlos como las respectivas parejas de Franco y Leonela.

Aunque los dos sabían a la perfección que tenían las de perder, accedieron conocer a Sebastián; aunque, estaban muertos de miedo.

Los cuatro regresaron a su país natal, para enfrentarse al mundo y defender el amor que los cuatro sentían el uno hacia el otro.

Franco y Leonela prepararon todo para el encuentro de los tres y lo hicieron de acuerdo con las exigencias de Santiago y de Rosa, tenía que ser un lugar privado.

  “Buen día Sebastián”, respondieron Santiago y Rosa al mismo tiempo.

  “Buen día Santiago y Rosa.  Por favor siéntense”, respondió Sebastián, indicándoles las dos sillas vacías.

  “Gracias Sebastián”, les respondieron Santiago y Rosa, mientras estaban tomando asiento.

  “Nos dijeron Franco y Leonela que deseaba vernos. ¿Por qué?”, preguntó Santiago, con voz nerviosa.

  “Si, quería verlos porque quería conocer personalmente a las personas quienes les robaron los corazones de Franco y Leonela y los han hecho más seguros de sí mismos”, respondió Sebastián, en tono tranquilo.

  “Nos sentimos halagados; pero, no hicimos nada de eso.  Nos enamoramos, es todo”, respondió Santiago, con voz temblorosa.

  “Si lo hicieron, sólo que no se dan cuenta de eso”, respondió Sebastián, intentando tranquilizarlos.

Antes de que continuasen con la conversación, los tres ordenaron lo que deseaban desayunar.

El camarero quien los atendió, fue muy amable con los tres e inmediatamente, los tres tuvieron sus respectivos desayunos.

Los tres se sorprendieron al ver que la atención de ese restaurante es de primera.

Mientras estaban degustando del desayuno, continuaron con la conversación que habían sostenido anteriormente.     

  “Bueno, dejemos ese tema a un lado porque, queremos saber qué opinión usted tiene de nosotros”, terminó diciendo Santiago, intentando ser fuerte por fuera, aunque por dentro, estaba que temblaba.

  “La opinión que yo tengo de ustedes es la mejor, eso no lo duden nunca”, respondió Sebastián, intentando tranquilizarlos.

  “¿En serio?”, preguntó Rosa, incrédula ante las palabras de Sebastián.

  “Es en serio, no miento.  A mí me gusta decir las cosas mirando a las personas a los ojos”, respondió Sebastián, intentando tranquilizarlos.

  “Ok, te creemos y gracias por tu sinceridad, Sebastián”, respondió Santiago, tras ver la honestidad en los ojos de Santiago.

  “Gracias Santiago, quiero decir, gracias cuñado”, respondió Sebastián, feliz de que ellos son excelentes personas y merecen ser felices al lado de Franco y de Leonela.

  “De nada”, respondió Santiago, poniéndose rojo como el tomate.

  “Antes de irnos, sólo quiero decir dos cosas”, dijo Sebastián, después de sorprenderse de ver como Santiago se puso rojo.

  “¿Qué cosa?”, preguntó Rosa.

  “Bueno, la primera es que siempre los voy apoyar y la segunda es que, nuestras respectivas familias, no van a perdonar fácilmente a Franco y a Leonela, por sus preferencias sexuales”, les advirtió Sebastián de lo que podría pasar con los familiares de Franco y de Leonela.

Sebastián les dijo eso a Santiago y a Rosa, aunque en el fondo sabía a la perfección que, tanto los familiares de él, como los familiares de Leonela, jamás los perdonarían.

También Sebastián sabía a la perfección que, para ambas familias, no hay peor humillación que tener hijos gays.

  “Gracias Sebastián por apoyarnos y lo que se refiere al segundo punto, tanto Santiago como yo sabíamos que, sus respectivos familiares, jamás nos aceptarían”, le dijo Rosa, triste por lo que acabó de escuchar.

Los tres sabían a la perfección que, a partir de ese momento, las cosas para los cuatro no iban hacer fáciles; sino, serían cada vez más difíciles e imposible de soportar.

Al mismo tiempo, sabían que ese es el precio a pagar por estar enamorados.

 “Me duele ser el repartidor de malas noticias; pero, esa es la verdad”, terminó diciendo Sebastián dolido, mientras estaba diciendo esto.

  “Tranquilo y no te preocupes por nada; además, nosotros sabíamos a la perfección que tendríamos a toda tu familia y la de Leonela en contra de nuestro amor y también tendríamos en contra a la Sociedad y sus perjuicios”, terminó diciendo Santiago, dispuesto a todo por el amor de Franco y lo mismo le pasaba a Rosa con Leonela.

  “De todas maneras, yo los ayudaré en lo que me sea posible y si se puede, lo haré para toda la vida”, dijo Sebastián, decidido a ayudar a que la relación de los cuatro continúe como si nada.

  “Gracias Sebastián, de veras que eres como una especie de ángel”, terminó diciendo Rosa, feliz de poder contar incondicionalmente con el apoyo de Sebastián.

  “De nada y quiero que, a partir de este momento, sientan que pueden contar conmigo para todo y es en serio”, terminó diciendo Sebastián, mientras abrazaba a Franco y a Leonela.

Los tres se despidieron y cada uno cogió su propio camino, diferente el uno del otro.

Santiago y Rosa, se llevaron la mejor impresión de Sebastián y lo mismo le pasaba a Sebastián con Santiago y con Rosa. 

En cuanto Santiago y Rosa, cada quien, por su lado, se encontraron con Franco y Leonela, les contaron sobre la conversación que habían tenido con Sebastián y lo que realmente pensaban de él.

Franco y Leonela, se pudieron felices desde el comienzo hasta el final de la conversación porque, Santiago y Rosa, no paraban de hablar positivamente sobre él.

Eso les gustó a los dos; pero, más a Franco quien se encontraba en medio de su hermano y de su gran amor.

Franco se puso más feliz cuando escuchó que contaban con el visto bueno de su hermano para estar juntos y amarse libremente; pero, se puso triste, cuando escuchó que los familiares de ambos pueden que nunca más los traten como sus respectivos familiares.

Y lo mismo le pasaba a Leonela.  Leonela también estaba molesta porque, no podía creer cuan cerrados de mente pueden llegar hacer los familiares de ambos.

Desde ese momento, los cinco se veían más seguido y se convirtieron en los mejores amigos.

Por más que Franco y Leonela, intentaron hablar con sus respectivos familiares, no pudieron perdonarlos nunca que sean gays y los expulsaron de la familia, haciéndolos pasar por muertos.

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