SLOANE D’MARCO
Le entregué las falsas bitácoras a Derek y abracé el diario como si fuera mi propia madre a la que estaba renunciando. No pude evitar soltar un par de lágrimas antes de besar una de las tapas, donde venía su nombre escrito con una caligrafía hermosa.
—Te amo, mamá —susurré antes de apretar los ojos y sofocar mi corazón para poder hacer lo correcto. No sabía si tendría la fuerza suficiente para soltarla, pero me esforcé.
—Sloane… —murmuró Derek notando como hacer esto me destrozaba, aun así, negué con la cabeza y regresé hacia la mesa.
—Esto debe de ser suficiente para que compruebes mi lealtad —dije en