AIDA
Tres meses después y como lo había intuido, así fue. Phoebe había decidido mudarse del edificio, para vivir con Omar. Ahora ellos tenían una casa muy bonita en las afueras de la ciudad y Noah nos visitaba y se quedaba con nosotros cuando él lo deseaba. Steven estaba dándole a Noah todo el cariño del que lo privó. Verlos hacer cosas juntos era muy agradable y me sentía muy contenta del hombre en que mi pareja se estaba convirtiendo. No todo había sido fácil pues se suscitaron algunas cosas que fueron difíciles, pero lo estábamos afrontando juntos aparte de que ya no tenía duda de que amaba a este hombre.
Me moví un poco al sentir delicadas caricias sobre mi mejilla y como la cama detrás de mí se bajaba.
—¿Cómo están mis amores? ¿me extrañaron? —dijo Steven recostándose sobre la cama, rodando mi cuerpo con su mano para acariciar mi enorme vientre y besando mi mejilla.
—Te extrañamos mucho estas tres horas que te fuiste. —dije entre risas porque su nariz acariciaba mi cuello haciend