¿Qué sucede cuando un pueblo es privado de su libertad? Los héroes emergen. Una nación oprimida, un gobierno silenciado, 5 jóvenes cansados de ser los marginados en una sociedad elitista que no ve más allá de sus intereses. Empezarán una revolución cibernética de la que no habrá vuelta atrás. La lucha por la igualdad ha comenzado.
Leer másEra el año 2150. La ciudad brillaba con luces holográficas que pintaban el cielo nocturno con un resplandor futurista. La sociedad se había dividido: los ricos vivían en una realidad virtual llena de comodidades, mientras que la mayoría luchaba por una pequeña porción de acceso al ciberespacio, reservado para trabajos específicos y controlado por corporaciones, se había vuelto una costumbre vivir así. Desde hacía muchas décadas atrás que se había restringido el uso de la red, es más, si tenías menos de 25 años no tenías idea de lo que había sido tener acceso a buscar todo con un solo clic.
En un rincón oculto de la ciudad, en un cibercafé clandestino; como todos los que visitaban usualmente. Con paredes tapizadas con píxeles parpadeantes y luces de neón, donde el Deep House se colaba muy fuerte en tus oídos. Cada día, sin falta, se juntaban Brice, Domeka, Carter, Galah y Enzo. Chicos de mentes inquietas, atrapados en un sistema, creado y dirigido por una gran corporación, que les negaba la libertad cibernética para prácticamente todas las actividades cotidianas y algunas necesidades básicas.
Brice, vestido con una casaca diseñada por él mismo a base de graffitis con luces LED y unos botines estilo astronauta. Tecleaba con rapidez en la pantalla holográfica de su dispositivo de serie antigua, buscando entre los protocolos de seguridad, alguna forma de infiltrarse en la red. Domeka o "Dome", como la llamaban, llevaba una combinación de estilo sport-futurista. Usaba sus infaltables lentes de realidad virtual con monturas medio desvencijadas e iba revisando antiguos textos sobre épocas donde las libertades cibernéticas eran lo más común en la sociedad popular.
Carter y Galah, tenían estilos totalmente opuestos. Él con su toque roquero y ella el inigualable estilo romántico, tenían varios minutos compitiendo para ver quién encontraba más imágenes y videos secretos capturados fuera de los límites permitidos por la corporación. Enzo, por su parte era un fan del estilo preppy, uno que ya nadie utilizaba, por ello siempre era observado como bicho raro; cosa que lo tenía sin cuidado. Estaba inmerso, consultando archivos ocultos sobre tecnología prohibida en esa era.
Desde que tenían uso de razón habían convivido en lugares ocultos como este para obtener recursos que para ellos estaban totalmente restringidos, por no contar con el nivel adquisitivo que les permitiera pagar las sumas estratosféricas que pedía la corporación tecnológica, para comprar sus dispositivos de última generación y el acceso a la red. Ya cansados de esa situación desde hacía un tiempo hablaban sobre ideas revolucionarias de independencia virtual.
Este día en particular, la conversación fluía entre ellos, desenredando el intrincado nudo de motivos por los que habían terminado como una nación tiranizada y con privilegios controlados. El acceso a la información, la salud y la recreación se veía limitado por el poder económico, dejando a la mayoría de habitantes en una constante lucha por un pedacito del orden mundial que en otras épocas había sido un derecho natural para todos.
Fue durante una de estas conversaciones que Brice, con una mezcla de emoción y recelo, compartió su descubrimiento: Había localizado una brecha en los sistemas de seguridad corporativa que podría brindar la entrada a áreas prohibidas del ciberespacio. Ese acceso no solo significaba libertad para ellos, sino la posibilidad de descubrir la verdad detrás de la opresión digital.
La determinación brillaba en sus ojos mientras planeaban aventurarse en este mundo digital restringido, sabiendo que su lucha por la libertad cibernética estaba apenas comenzando. Se unieron con un propósito claro: desafiar el control corporativo, luchar por la igualdad de acceso al ciberespacio y ver ciudades enteras resplandeciendo ante la posibilidad de dejar de sufrir en la incertidumbre y oscuridad.
Llevaban más de 2 días trabajando entre su laboratorio y el PMDH; Johan se veía cansado y ojeroso, Prystine tenía el beneficio de ser un androide. Tenían la mente en el objetivo de salvar a esas dos personas que eran sus sujetos de prueba, necesitaban hacerlo de forma sutil para que los androides científicos no lo notaran y aún no habían podido lograr una manera.Por lo que esos dos días anteriores habían estado haciendo pruebas que no dañaran los cuerpos ni las mentes, básicamente, habían estado jugando a los científicos. Sin embargo, eran conscientes que eso no lo podrían sostener por un día más y era lo más estresante de la situación.—Prys, ¿Cómo ves está línea? —pregunta Johan señalando en la pantalla de la tableta.—Creo que estamos bastante cerca, es una línea más estable que las de los otros días.—Entonces sostenla… haré la simulación —dijo Johan y se dirigió a una pantalla en una esquina de su laboratorio.—Si logramos que Arthur235 haga el truco que le órdenes, ¿Quiere deci
—¿Quiénes son y qué hacen aquí? —preguntó una voz que sonaba ronca y distorsionada, era como esas películas antiguas que le hacía ver Carter, dónde los raptores les hablaban a las personas por teléfono y sus voces eran alteradas para no ser reconocidos.—¿Quiénes son ustedes? —preguntó Brice armado de valor, y sostuvo a Dome en sus brazos mientras se recuperaba.—Eso no les incumbe… están en nuestra Zona, ¿Quiénes son y cómo llegaron aquí?—No responderemos a nada… no hasta que ustedes nos digan qué son…—Es la última vez que pregunto o tendrán que atenerse a las consecuencias.—Basta Kalle —dijo otra voz que sonaba más natural, parecía un adulto.—¿Quiénes son? —se animó a preguntar otra vez, Brice.—Lamento que mi hijo te haya colocado en esta situación…, por favor, pueden ponerse en pie —en ese momento las luces dejaron de cegarlos y pudieron ver los autos con ruedas enormes y esas bandas que las cubrían, en ese momento a Brice se le antojó recordar el nombre de ese vehículo de gue
Se quedaron viendo el uno al otro, la impotencia resaltaba en sus rostros, nada había resultado como debía; sin embargo, ya no había vuelta atrás. Era posible que no volvieran a ver a ninguno de sus amigos, sabían que al menos a Galah no, pero cómo estarían Dome y Brice; habrían sido encontrados también, estarían en peligro, ¿los habían atrapado?. Muchas interrogantes, cero respuestas.—Debemos pensar con calma, ¿qué ocurrió? Nosotros revisamos todo antes de hacer la llamada… Quyn también hizo validaciones, hay algo muy extraño…—Dímelo a mí… siempre lo creí, pero no logré encontrar ninguna pista que me diga lo contrario… ¿Qué has estado pensando? —dijo Carter.—No estoy seguro…, pero creo que Gale tiene algo que ver aquí… siempre que hemos estado conectados a él por alguna cosa hemos sido descubiertos…—Uhm, pero cómo sabía de la comunicación, él nos decía que no lo hiciéramos…—Y si… ¿y si era una trampa? —preguntó Enzo.—O sea… que la llamada siempre estuvo planeada para que nos en
El camino se hizo casi imposible para ellos, sabían que debían llegar a salvo, pero no sabían si los estaban buscando, si ya eran un objetivo o sí los estaban esperando en cada pasaje o esquina por la que pasaban secretamente. La tensión se cortaba con un cuchillo de mantequilla, trataban de dormir en los autos abandonados, no solían hacerlo en los edificios derruidos, por temor a que se les vinieran encima como el último en el les pusieron los explosivos. Dos días y tres noches tardaron en poder llegar, no es que hubiera una distancia enorme del punto A (Casa Secreta) hacia el B (Zona Nula); sin embargo, la idea era no ser descubiertos, mantenerse cubiertos, por lo que las largas caminatas solían hacerlas de noche. Cuando llegaron a la salida de la Zona Uno, fue como reconocer sus pulmones por primera vez en su vida entera. Miraron por última vez la Zona que los vió nacer, y se adentraron entre ese desierto fantasma.—¿Qué ocurrió aquí? —preguntó Dome aferrándose al brazo de Brice.
*Flashback*Liza y Johan se pusieron nerviosos de forma instantánea, el androide sabía que la noticia que había dado no era la mejor recibida por eso empezó a guardar todo lo que estaban trabajando a escondidas de Rosen.—¡Hola! Sé que están ahí, abre la puerta Prystine—. Dijo Keller desde el exterior.—¿¡Qué querrá hacer ahora!? —se preguntó en voz baja Liza, estaba asustada, sabía que él la había responsabilizado sobre el trabajo sin avanzar de Johan.—¿Sucede algo? —preguntó Johan, notando que ella estaba pálida.—¿Abro la puerta? —preguntó Prystine.—Primero… —inició el chico volteando y dio una sonrisa —todo bajo control… ¡Gracias Prystine!—De nada Johan, es un verdadero placer—. Abrió la puerta y Keller entró sin mirar a Prystine, iba acompañado de un asistente.—Liza… Johan, ¿cómo va todo? Espero que tengas un avance en este momento…—Acabo de recibir el material que solicité…, el almacén no puede enviarme cosas que pido de un día para el otro, ¿cierto?—Entiendo… Liza, ¿Es ci
—¿Gale?—Dome, es importante que hable contigo.—Justo te iba a llamar, yo también deseo hablar contigo… Bryce ya sabe que tengo este dispositivo y hemos estado hablando desde que llegamos aquí… Debo decirte algo, es difícil para mí, pero…—Eso no importa ahora… Tengo malas noticias, llama a Bryce, es importante que escuchen ambos.—¿Malas noticias?—¡Dome, trae a Bryce! —gritó Gale y la chica se sobresaltó para salir corriendo en su búsqueda.—Bryce… es Gale… dice que tiene malas noticias, desea hablar con ambos… —mencionó la chica agitada por haber corrido hasta el patio.—¡Dios! —Bryce corrió a toda velocidad, tenía un pésimo presentimiento, lo había sentido desde la noche; una especie de dolor en el pecho que le oprimía—. ¿Gale, qué ocurre?—Bien —inició—, los demás fueron atrapados anoche… Interceptaron la llamada que se hizo, les dije que no podían comunicarse… ¿Por qué lo hicieron?—Carter estaba angustiado… y siendo honestos yo también, llevamos semanas sin saber nada del otro
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