Lindsey levantó una ceja, se asombró por su extraño semblante que reflejaba el hombre.
—Fue un día tranquilo.
—¿Te voy a asignar un carro? —no apartó sus ojos de su presa.
—No es necesario —respondió dando marcha hacia las escaleras.
—No seas terca, eres mi esposa y no puedes andar en transporte público, indicó detrás de ella.
—Si te preocupa lo que vayan a decir de la esposa del señor Pratt, no te inquietes, todavía no se ha hecho público quién es, solo se han enterado de que estás casado —afirmo sin voltear a verlo y siguió su camino.
Kyle la vio desaparecer de su vista, malhumorado por su respuesta, sube las escaleras directo a su habitación, camina de un lado a otro aturdido, no entiende qué le pasaba con esa jovencita.
Se metió al baño y tomó una ducha, sentía como rodaba cada gota de agua por su cuerpo. Estaba confundido, angustiado y asfixiado por las cosas que estaba descubriendo de su esposa, trató de controlar su respiración, en su cabeza se negaba a creer que se había equiv