39

Al día siguiente me desperté con un dolor en la cadera terrible, yo trate de sentarme en la cama, pero el dolor me lo impidió.

hacerlo con Donovan como despedida fue un completo error, lo hicimos por horas, era increíble como ese hombre tenía tanta resistencia.

— Buenos días — Me saludo Donovan.

Yo lo mire y casi le doy un golpe.

— Me duele la espalda y la cadera — Me queje.

Donovan me abrazo con fuerza.

— Esos son los síntomas de una mujer bien cogida — Me dijo.

Yo lo aparte y me sente en la cama como pude, Donovan merecía el infierno.

— Eres un animal Donovan — Me queje.

— Anoche no te quejaste, solo pedías más y más, no es mi culpa que te duela la cadera, es tu culpa por no detenerme — Me dijo él.

Yo me levanté de la cama y lo quedé mirando, Donovan era un descarado por completo, yo si le había pedido que se detuviera, pero él simplemente no lo hacía.

— Recuerdo muy bien que te lo pedí muchas veces — Le recordé.

Donovan me miró y sonrió.

— Una vez, ¡Me lo pediste una vez! y estabas
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