CAPÍTULO CINCUENTA Y UNO: NUNCA DEBIÓ DE SER
El grave tono de su voz hizo que ella se espantara. ¿Por que estaba tan enojado? Jamás lo iba a comprender siempre era lo mismo, desde el momento en que empezaron a vivir juntos su actitud hacia ella era la misma tal vez y era mejor acostumbrarse a que siempre iba hacer de ese modo su vida.
-Ja ¿Ahora eres muda?- Con una sonrisa y tono burlón le hablo.
-¿Ya no puedes hablar o que? Déjame decirte algo nunca esperes algo de mi. Por que jamas hare nada por ti.
Ella abrazaba a Billy con su mirada fija en el suelo intentando no romper en llanto. Rodrigo que también estaba ahí mismo y ver la expresión de Maria Eugenia no pudo evitar intervenir.
-Yair tu abuelo llamó dijo qué tenía algo que hablar contigo ve y buscalo.
Se interpuso entre ambos protegiendo a Maria Eugenia y Billy.
-¿Piensas que creeré eso? Has algo mejor que perder tu tiempo con una monja y vamos a divertirnos.- Exclamó Yair mirando a Rodrigo.
El pensó que como de costumbre seria