El nuevo día había llegado, Olivia estaba tendida en su cama con todos los recuerdos de lo que había ocurrido en la noche con Aidan, hasta que escucho la puerta abrirse, supo de inmediato que se trataba de su pequeña secretaria.
— ¿Señora, está despierta? - la voz de Frida había llegado al oído de Olivia, que antes de responder había dejado escapar un suspiro.
— Pasa Frida - Olivia le había dedicado una sonrisa al observarla entrar, pero antes de que pudiera decir algo más las notificaciones habían inundado su teléfono celular, el sonido de las mismas hizo fruncir el ceño de la mujer.
Frida había colocado el desayuno que traía consigo por encima del escritorio para después alcanzar el teléfono a Olivia, por supuesto que las notificaciones le habían tomado por sorpresa, puesto que de hecho no estaba aún conectada con lo que ocurra en Asia, pero si en la Gran Región así que no tenía dudas de que algo estaba ocurriendo allí, algo que estaba alterando absolutamente todo.
Y efectivamente l