Antes de que Aidan se acercará más a Olivia, el celular volvió a sonar y al momento en que el hombre observó la pantalla su rostro colérico se había suavizado inmediatamente, Olivia no necesito analizar más su rostro, ella era consciente de que aquella reacción nada más una persona podria lograr con su marido y era su hermana.
— Cielo - Inclusive la voz de Aidan se escuchó en un tono de coqueteo - Estaré allí en un momento, lamento no poder contestar antes es que estaba resolviendo un pequeño estorbo, pero ya llego en un momento - Al instante en que Aidan había dicho aquellas las palabras le dirigieron una mirada a Olivia fue imposible que el corazón de la mujer doliera ante esas palabras. Aidan guardó el teléfono celular, pero sin ninguna palabra de por medio se acercó hasta la puerta, pero antes de salir se volvió hacia Olivia - Te quiero lejos de Alexis Fráncfort, Olivia. — No prometo nada, pero si tienes miedo de que te engañe y que Alexis consiga lo que tú en 45 días no pudiste, no te preocupes, no todos somos como tú mientras el matrimonio dure, no voy a involucrarme con él - Olivia le sostener la mirada en todo momento y Aidan salió de la habitación hecho una furia, mientras Olivia cerraba los ojos. — Porque te amo, porque tengo que sentirme feliz durante lo que dure el acto de tener intimidad con el - Olivia se llevó las manos en el rostro - Porque soy feliz en esos instantes en donde sé que él es completamente mío. Olivia había llegado a la Empresa, su aura fría e indiferente hizo que los empleados agachen la cabeza, como Vicepresidenta todos los empleados la respetan, pero como esposa de Aidan cualquiera le daría más valor a una mosca que a ella, la decoración de la Empresa había llamado su atención solo en ese momento cayó en cuenta de que en 3 días cumpliría años, el 14 de febrero una sonrisa aún más triste se visualizó en su rostro, y quizás este febrero dolerá más. La mujer se había dirigido a su Oficina ya Frida estaba esperando por ella tomando la iniciativa de hablar y explicarle acerca de su apretada agenda del día. — El Presidente quiere verla - Aquello dijo en un Susurró. — ¿Está aquí? - preguntó Olivia. — Si ha llegado unos minutos antes que usted - Informó su secretaria, Olivia se acomodó en su escritorio, en ese mismo instante su puerta fue golpeada el temor de que fuera Aidan asustó a Frida, puesto que ella había visto la furia en los ojos de su Jefe, se obligó a abrir la puerta aunque se sintió tonta si era el CEO este ni siquiera golpearía la puerta. — Esto llegó para la Vicepresidenta - Informó una secretaria entregando un ramo de rosas y chocolates, Frida la tomo en sus manos sorprendidas por aquel presente, pero no expresó palabra alguna, había firmado la carta de recibo y posteriormente cerró la puerta. — Es para usted— Frida con temor colocó las flores y el chocolate por encima del escritorio, Olivia también se sintió confundida, así que agarró la pequeña carta y la leyó. — PARA LA NIÑA MÁS LINDA QUE CONOCÍ, UNAS ROSAS Y UN CHOCOLATE NUNCA SERÁN SUFICIENTE PARA EXPRESAR MIS SENTIMIENTOS, PERO HACEN QUE ME SIENTA CERCA TUYO CADA DÍA HASTA EL 14 LAS RECIBIRÁS, NADA MÁS PORQUE LA NIÑA DE MIS OJOS CUMPLIRÁ AÑOS AF Olivia había sonreído, solo Alexis era capaz de hacer esto y sacarle una pequeña sonrisa, había colocado la carta al lado del chocolate y miro a Frida. — Ve por un florero - Una genuina sonrisa se vislumbró en el rostro encantador de Olivia. — Si señora - Frida se alejó para cumplir la orden de su Jefa, mientras Olivia se puso a revisar algunos documentos, escuchó que la puerta se abrió, pero pensó que era Frida que había vuelto por algo, sintió que la silueta se detuvo por delante de su escritorio levantó la mirada encontrándose con Aidan leyendo la nota de Alexis. — Aidan - Olivia sintió la opresión en el pecho, latidos totalmente desenfrenado - Dame eso - Murmuró la mujer. — He encontrado esto, señora - Frida se quedó petrificada al observar a Aidan sosteniendo la nota y mirando de manera espantosa a Olivia. — Vete - Fue la orden dada por Aidan - No me hagas repetirlo por segunda vez - Frida sabia que aquella orden era para ella y salió de manera inmediata de la Oficina - Ahora tú— la atención de Aidan fue para Olivia - ¿Qué significa esto ?.-El hombre había liberado su aura peligrosa, inclusive respirar costaba estado cerca de él. — Es una nota, no tiene nada de malo - Olivia quería restarle importancia. — ¿Es así? - Preguntó Aidan. — ¿Qué demonios quieres? - Preguntó Olivia - Es un detalle que tuvieron conmigo, y déjame decirte que no es asunto tuyo. — ¿No es asunto mío? - Aidan estaba enojado - Es jodidamente asunto mío, están enviando rosas y unos chocolates a mi esposa. — Solo es de contrato, cuando te entregue a tu hijo no tendrás ningún derecho sobre mí, además es solo un regalo, basta Aidan, a que estás jugando - Olivia también estaba empezando a enojarse. — Me perteneces todo lo que duré el contrato - Expresó Aidan con seguridad - la Vicepresidencia o tu Amistad con Alexis Fráncfort si lo eliges olvídate de volver a poner un pie en mi Empresa. Olivia ahogó un grito horrorizado por las palabras de su esposo. — Aidan te oyes como un esposo celoso— Olivia quería creer que era así y una pequeña esperanza se acrecentó en su interior pensando en que Aidan estaba celoso. — Sé que eres tonta, pero no creí que lo eras tanto, porque razón estaría celoso de la mujer que me da asco, de la mujer que más desprecio, solamente su amiguito está desafiando mi ego de hombre, eres de mi propiedad y será hasta que yo lo decida asi que ve agarrando porque estasrias y tirarlos a la basura. Olivia estaba acostumbrada a escuchar aquellas palabras por parte del hombre, pero eso no impedía que siguiera doliendo. — No voy a tirar nada Aidan - Olivia lucho para no perder esta batalla en contra de su marido. — Si no lo haces tú lo haré yo - Aidan tomó todo en sus manos, las flores y el chocolate y volvió a mirar a la mujer con una sonrisa Lobuna en su rostro - Mejor lo hago yo - Aidan salió de la oficina, Olivia se mordió los labios ella no podía encontrar de aquel hombre, ni bien Aidan salió Frida había vuelto a entrar. — Señora ¿Se encuentra bien? - Preguntó su asistente observando el rostro pálido de la mujer. — Lo estoy— Fue la respuesta de Olivia, aunque en su interior sentí una rara opresión. El día continuo con innumerables carpetas que pasan por debajo de sus manos, hasta que la puerta de su oficina fue abierta nuevamente y la silueta femenina recargada por la puerta hizo que Olivia maldiga por lo bajo. — ¿No te agrada verme hermanita? - Mariana tenia la maldad impregnada en su mirada. — ¿Qué quieres Mariana? - su hermana se acercó a ella y esto le dejó un mal presentimiento a Olivia, ella no pudo realizar una visita sorpresa sabia que Mariana algo tramaba. — Quiero que desaparezcas de mi vida, pero eso aún no es posible. — De todos modos seguirás viéndome siempre, no olvides la Segunda Cláusula del contrato - Olivia no estaba de humor para soportar los malos tratos de su hermana, y es que las 3 Cláusulas eran bien estipuladas. * Aidan Dumonts durante lo que dure el contrato no podría mantener relaciones íntimas con ninguna otra mujer. * Olivia Dacosta tenía el derecho de pasar un día a la semana con el Heredero Dumonts. * 20% de las Acciones de DUMONTS ENTERPRISE a Olivia Dacosta. — Eso ya lo veremos— Mariana se escuchó muy segura. — ¿Qué quieres? - Preguntó Olivia por segunda vez. — Solamentevine a invitarte para tu fiesta de cumpleaños, como Aidan ni siquiera se acuerda de tu existencia, mucho menos se acordará de tu cumpleaños, entonces como tu hermana siento lástima por ti - Todas las malas intenciones quedaron claras en las palabras expresadas por la Amada de Aidan. — ¿Deberías agradecerte? Pero déjame decirte que no pienso asistir a ninguna fiesta que tú organizas, yo no soy Aidan a mí no me engañas, eres una víbora, Maríana. — Lástima que solo tú lo sepas, él nunca te va a creer. — Ahora entiendo por qué no te concedieron tener hijos, porque serías una muy mala madre - Olivia sabía que estaba tocando algo muy doloroso para algunas mujeres, pero conociendo a su hermana sabia que de seguro ella podría estar feliz de no ser madre— No permitiré que le hagas daño a mi hijo te lo advierto, Mariana. — No será tu hijo, será mío y tú ni siquiera estarás cerca de él para defenderlo. — ¿Por qué estás tan segura? - Olivia se había puesto de pie acercándose a su hermana. — Porque estoy pensando en deshacerme de ti de esa manera, no tendrás manera de acercarte a mi hombre ya mi hijo. — Hombre a quien no puedes darle ni siquiera un hijo propio - Olivia estaba cruzando el límite y ella lo sabía, pero no podía darle el gusto a su hermana de verla derrotada. — Cállate - Mariana agarró a Olivia de los brazos - Cállate, no me pongas a prueba porque puedo destruirte. — ¿Vas a matarme? - Olivia había sonreído al mismo tiempo que su hermana. — Será una sorpresa, pero ten por seguro que nunca verás a tu hijo, que no podrás protegerlo. — Ni siquiera lo pienses Mariana, porque desde donde está soy capaz de volver por ti. — No podrás hacer nada nadie excepto Jesucristo había resucitado, además será tan fácil que Aidan se enoje con tu hijo, tú sabes que me ama demasiado, incluso su propio padre no será su aliado. — Basta - Olivia le abofeteo tuvo a Mariana logrando que la mujer caiga al suelo, las manos de ella había golpeado uno de los floreros que se tenía al lado del sofá cayendo y mojando gran parte del vestido de Mariana. Al mismo tiempo que Aidan también las observaba, Olivia retrocedió al percatarse de la presencia con aura asesina de su esposo mientras Mariana lloraba en el suelo, acariciándose su rostro; sin embargo, con el anillo que traía puesto se provocó un pequeño arañazo, aquello serviría para echarle la culpa a su hermana de dañar su perfecto rostro ante Aidan.