Una semana después Luginna estaba de regreso a la mansión Lombardi. En brazos de Lucciano fue llevada a la sala de Star.
Todos estaban embelesados con sus sobrinos y los abuelos muy consentidores.
—Abuelo dos. ¿Me enseñarás a ser un doctor de niños?
— Por supuesto que sí.
— Y el abuelo tres nos enseñarán a diseñar.
Luggina o tenía idea de que la mujer que le salvó la vida fue la causante de toda aquella confusión tanto del pasado como del presente.
— ¿Quien fue el donante de RHnull?
Todos quedaron en silencio.
— ¿Que sucede? ¿Pregunté algo malo?
¿Quién fue el donante de null? No es un tipo común.
Pierina se acercó a Luggina y se sentó a su lado. Miró a las nanas de cada uno de los niños para que los llevaran al jardín, la hora de decir la verdad era esa.
— Chicas, por favor, lleven a los niños a jugar.
Los pecos se despidieron y salieron como soldados en fila, uno tras otro.
— Hija, tu padre Alessandro y yo te contaremos y te aclararemos esa idea errónea que te formaste de todo ese d