Alexei
No hay nada más peligroso que la tentación, y Aria es un recordatorio constante de lo que no debo desear. Desde que la conocí, algo en mí ha cambiado. Al principio, todo era control, pura atracción física, un juego en el que yo decidía las reglas. Pero ahora… ahora ya no puedo decidir nada. Cada vez que la veo, es como si todo lo que he construido se desmoronara.
El simple hecho de pensar en ella me distrae de lo que tengo que hacer. Mis pensamientos giran alrededor de su mirada desafiante, de la manera en que su voz se convierte en una susurrante caricia cuando me habla. He luchado con esta atracción durante meses, pero lo que empezó como un deseo que podría controlar, se ha convertido en una necesidad incontrolable. Es como si mi propio cue