Lo triste no fue que mi primer novio de verdad me lastimara por completo, sino fue que mi relación con Alessandro se destruyó. Estábamos entrando a la etapa más madura de nuestras vidas, pudimos haber creado una linda amistad, pero yo me encargué de que eso no sucediera.
Y era cuando más necesitaba de un buen amigo. Necesitaba que volviera a rescatarme del precipicio.
Con los años noté que no me soportaba y supuse que se había hartado de todo el daño que le había hecho. Ni siquiera me invitó a su fiesta de graduación. Y después se fue a vivir una temporada en Escocia e Inglaterra, ayudando a su padre con la compañía mientras estudiaba una maestría.
Por eso se me hace tan extraño que estemos ahora los dos en este balcón, besándonos tan apasionadamente. Y estoy subida sobre él, tengo el mando de la situación, mov