Sintió el momento en el que él entró al baño incluso estando de espaldas a la puerta. Una energía llenó el lugar con su presencia. No era la primera vez que le sucedía, cada vez que él estaba cerca pasaba lo mismo.
Sin darse la vuelta comenzó a desvestirse. Primero se quitó el vestido, luego el corpiño y al final se retiró las bragas. Aunque trataba de aparentar seguridad, por dentro se estaba muriendo del nerviosismo. Su corazón resonaba en sus oídos y le costaba respirar con normalidad. Nunca había sido tan atrevida.
Abrió la ducha y se aseguró de que estuviera tibia antes de entrar. Comenzó a bañarse esperando ávida del momento en que Adriano se uniera a ella por fin.
El agua resbaló por su cuerpo e inclinó la cabeza hacia atrás mientras movía sus manos por su cuello.
Un sonido ronco lle