—Estaba muy preocupada por ti —se separó de sus labios y lo miró a los ojos.
—Perdóname por no llamarte antes —sonrió, acariciando su mejilla—, pero tenía bastante trabajo acumulado y atrasado y debía hacerlo.
—¿Qué tipo de trabajo era? ¿Necesitas ayuda?
—Papeleo aburrido, pero importante, según mi superior.
—Oh...
Mason sonrió, entrelazó sus manos y la adentró a la habitación con el corazón latiendo con gran fuerza.
Nancy se apresuró a servir la cena para que los dos comieran de lo que había traído. Se sentaron en la cama y hablaron de todo lo que había sucedido en esos tres días que no se vieron. Cenaron uno junto al otro y sus corazones se sintieron en calma al estar así de cerca.
Ahora que se necesitaban tanto, no sabían cómo hacer cuando todo llegara a su fin...
—Gracias por traerme la cena, estuvo deliciosa. No debiste molestarte.
—No es molestia, créeme —sonrió tímida—. Además, quería estar contigo.
Mason la tomó del rostro con suavidad y besó sus labios una vez más, perdiéndos