Oliver sabía que era una mala idea, pero esa noche quería complacer a Lía. Así que aceptó quitarle el vestido, deslizándolo lentamente por debajo de sus piernas.
Era la primera vez que veía la parte trasera de Lía desnuda, nada más usando un panty rosado.
Tragó saliva.
Le aplicó el aceite en sus piernas y empezó a masajearlas. Le daba la impresión de que Lía se había bañado aquella noche (algo muy raro en ella). Tal vez lo hizo porque tenía tiempo. Y se depiló las piernas, tenía su piel sumamente suave.
Había notado un patrón en ella. Cuando no estaba bajo tanto estrés, podía comer con tranquilidad y cuidaba más de su cuerpo, como bañarse todos los días y peinarse el cabello. Se preguntaba cómo sería Lía si no tuviera un trabajo que la consumiera tanto.