puerta –
El Capitán dejó caer los hombros y se devolvió a su cuarto y se sirvió un último trago antes de irse a dormir pensando que debía encontrar la manera de arreglar las cosas con su dulce Novalee –
A la mañana siguiente, Novalee fue despertada por golpes en su puerta. Al abrir, encontró al Capitán listo y uniformado para comenzar su faena, aunque tenía en su rostro una determinación que no le había visto en mucho tiempo.
-¿Qué quieres? – Preguntó Novalee con tono amargado – Te dije que no quiero hablar contigo – El capitán entró en el cuarto sin pedir permiso y cerró la puerta haciendo caso omiso de la expresión molesta de Novalee –
-¡Tengo que hablar contigo! – Dijo el capitán con tono tranquilo –
-Pues, ¡yo no quiero hablar contigo! – Repitió tercamente Novalee cruzando los brazos sobre su pecho –
-¡Lo sé! ¡Ya me lo dijiste! Pero, creo que deberías escuchar lo que tengo que decirte. Te interesa y mucho –
-Está bien. Te escucho – Dijo con los brazos sobre su pecho todavía –
-A t