—Deberíamos levantarnos —susurré después de que Carter me besara como si su vida dependiera de ello.—Yo me siento muy bien aquí —movió su cadera presionando su creciente erección en mi muslo interior.—¿Solo piensas es sexo? —pregunté enarcando una ceja.—Lo hago teniendo a una mujer tan espectacular como tu desnuda a mi lado
Blanqueé los ojos.—¿No te basto con anoche? ¿O esta madruga? ¡¿O hace unos minutos?!
Carter rió antes de besarme de nuevo.