Capítulo 16
—¿Ven? Les dije que no iba a aguantarse.

—No es que sea un romántico; es que ninguna de sus mujeres le cuadra.

—Cámbiale de sabor, Ernesto; ¿siempre del tipo de tu esposa? ¿No te aburres?

—Y si te gustan las que se le parecen a la señora, te conseguimos varias…

Las carcajadas rebotaron en el privado. A Ernesto la rabia le subió a la frente.

Apartó de un empujón a la chica que tenía cerca y, de revés, la tomó del cuello contra la mesa. Sus dedos se fueron cerrando hasta ponerla roja. Ella pataleó intentando zafarse.

—¡Ernesto, suéltala! ¡La vas a matar!

Entre varios lo separaron. La muchacha, entre lágrimas, salió a gatas del cuarto.

Ernesto recorrió a todos con la mirada helada.

—Se los advierto: al primero que vuelva a faltarle el respeto a mi esposa, no lo perdono.

—Y si alguien se atreve a usar esas bajezas otra vez, no me tiembla la mano.

Los hombres se miraron sin saber qué decir.

—Hombre, todo ese numerito por una vieja… —murmuró alguien.

Ernesto ubicó la voz: el mismo borracho d
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP