—¡Leandro! ¿Qué fue eso? —Selena lo alcanzó y le reclamó directamente—. ¿Me estás haciendo desaires delante de todos?
Él se detuvo en seco.
Luego se volvió y, después de mirar a Selena, finalmente dijo:
—No fue mi intención.
—¿No fue tu intención? —Selena soltó una risa sarcástica—. ¿Me estás tomando el pelo? Explícame entonces qué fue eso.
—Simplemente no entiendo el propósito de esta cena —respondió Leandro sin expresión—. Por eso no quiero perder el tiempo.
—¿Sin propósito? ¿No sabes quién es Andrés? Es el director general de CUMBRE. ¿Cuánta gente en todo Puerto Cristal estaría rogando por cenar con él?
—Esa será otra gente, no yo.
Selena lo observó un momento y de repente sonrió:
—¿Todavía te crees el importante profesor Zuluaga?
—¿O es que odias a Andrés solo porque te quitó a la mujer que más querías?
—Selena.
La mirada de Leandro se oscureció.
Pero esto no intimidó a Selena, quien continuó:
—¿Qué actitud es esa? ¿Crees que no lo sé? Si Andrés no se hubiera entrometido, tú y Soni