Capítulo sesenta: El hallazgo.

David.

Era angustiante saber que estaba afuera del lugar de los hechos y no poder correr a buscarla, la vida no es como las películas en dónde el personaje principal entra al rescate, habían protocolos que debían seguir al pie de la letra si no deseaban que ocurriera una desgracia. Me habían informado que mi madre finalmente estaba tras las rejas, habían descubierto conversación incriminatorias y con el testimonio de Carmine y Mark eran pruebas suficientes para iniciar un juicio contra ella, pero faltaba lo más importante.

Mi Jules.

No le permitimos a la familia estar presente, era un momento delicado y Vanna cuidaba del bebé lo mejor que podía, valoraba mucho eso tomando en cuenta que la estábamos pasando mal.

Todos estaban a la espera de recibir noticias, algunos habían colocado obsequios en casa de Jules y se mantenían orando por su regreso sana y salva. Está de más decir que habían personas crueles insistiendo en que seguramente se había fugado con alguien y la prensa no lo quería
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