- Tú serás lo que yo diga que eres - Me dice el muy idiota- Entra, báñate y no cierres la mampara que quiero verte- Me está humillando el maldito infeliz-
Bien, ¿Quieres jugar?, juguemos entonces, me saco lentamente la tanga y prendo el agua que empieza a caer como lluvia, me meto de bajo del duchero y suelto un leve gemido exagerado por el placer de sentir el agua tibia corriendo por mi cuerpo después de tantos días, miro que sus ojos están dilatados de excitación- Tú te lo buscaste campeón- Agarro el jabón y lo paso suavemente por mis senos y doy otro gemido, su pantalón va a reventar, llevo mi mano hasta mi entrepierna y le doy la espalda. Que se joda pedazo de idiota. Pero no termino de maldecirlo cuando ya está metido conmigo debajo de agua
- ¡¡¡Lo estás haciendo a propósito!!!- Claro que si imbécil, te voy a sacar las ganas de humillarme-
- ¿De qué hablas? Definitivamente estás loco- Digo con voz baja- Suéltame -
-Oh no cariño - Y comienza a desvestirse - Debes aprender a no pro