Lobos

El reino de Canidae está al noroeste de Arreint, atravesando los verdes bosques de Terra y en medio de una gran zona montañosa que los protege de peligros.

Su arquitectura es una mezcla entre los tiempos actuales y los edificios de piedra y paja que se construían en la antigüedad, junto a sus puentes de madera en unas partes y de concreto y acero en otras. La vida en ese reino no parece parar nunca, los lobos son hiperactivos, siempre están haciendo algo que pueda calificarse como productivo sin recurrir a malas prácticas y si no fuere de esa manera, el lobo en cuestión sería puesto a realizar trabajos forzados o en una mazmorra dependiendo de su falta. Hay de todo para ejercer: panaderos, carniceros (sí, carniceros entre los lobos, ¿Quién lo imaginaría?), maestros, modistas, y una gran lista de actividades que los "Favoritos" desarrollan en su mundo, pero si no se había hecho notar ya, Canidae tiene una onda al más puro estilo del Siglo XVI con sus mazmorras y las leyes basadas en un mandato real, aunque sin intervención de una iglesia.

Las clases sociales también se encuentran muy marcadas, los títulos nobiliarios no pueden ser heredados, los descendientes deben ganarse los títulos que sus ancestros llevaron en vida y si no lograban el cometido, tendrían que renunciar a los beneficios y trabajar a la par de los comunes.

El rey de Canidae es Gabriel Blaidd un hombre de 1.85 metros de alto, ojos grises, no muy musculoso pero marcado y es conocido como uno de los más grandes hechiceros de Gaia, su ascendencia mágica habla por si sola: es el hijo menor de los reyes Erlick Blaidd y Fátima, ambos hechiceros poderosos y temibles que por sus propios medios, instauraron Canidae aunque El Consejo estuvo en contra de ello. Y para evitar conflictos aceptó la unificación de un lugar donde los lobos no hicieran desastre ya que muchos vivían como criminales o vagabundos siendo orillados a seguir el instinto principal de todo ser vivo: alimentarse.

Cazadores tuvieron una mina de oro temporal que explotaron al máximo debido a la fuerte situación de muchos lobos que recurrieron al robo o sucumbieron a sus instintos, las pieles se cotizaron en precios exorbitantes y fue entonces que Erlick y Fátima establecieron el reino para proteger a los suyos, aún después de eso, los cazadores siguieron asesinando indiscriminadamente dentro y fuera de las fronteras de un recién instaurado Canidae.

Es muy poco decir que se encargaron del problema ya que los cuerpos de cazadores comenzaron a aparecer colgados como advertencia a quien se atreviera a volver a dar caza a los lobos.

El reino creció y con el paso del tiempo Fátima tuvo cuatro varones: Lyall, Coll, Aidan y Gabriel, pero sus hijos mayores no heredaron de ella y su esposo la magia. Sólo el pequeño Gabriel pudo manipular lo que corría por sus venas y por consecuencia, ser el heredero de Erlick.

Pero volviendo al tema principal, Gabriel Blaidd mejoró sus habilidades en la magia y fue elegido el heredero. Y después de eso, la búsqueda de prometida lo llevo a encontrar a su esposa: Lady Nahiara, con quien tuvo cuatro hijos: Wolfred, Midori, y los mellizos Lain y Reygan.

La tarde pasaba lentamente para Gabriel mientras revisaba varios documentos en su escritorio. Una silueta femenina se acercó y comenzó a hablar.

-Gabriel, hoy tenemos que asistir a la reunión del consejo... Midori se encargará de ver la preparación de los detalles para el festival de la Luna de Sangre...- Lady Nahiara, una hermosa mujer de piel apiñonada y cabello largo a media espalda, deja una taza de cafe en el escritorio y toma asiento frente a su marido.

-Sí, está todo cubierto, Wolfred también ayudará y verá que la seguridad sea adecuada- Gabriel lee documentos y hace algunas anotaciones, por un momento levantó la mirada y observó a su esposa antes de tomar la taza y beber el contenido. -Delicioso querida, gracias-

-Tu favorito claro... Por cierto cariño, ¿Lain y Reygan harán algo para el festival?-

-Mmm... No lo sé... Sólo espero que esos dos no hagan desastres como en otros festivales...- 

-Esperemos que no- Sonríe.

En los jardines del palacio, se encuentran instalados campos de tiro, entrenamiento y el huerto privado de la reina, incluso hay una extensión de bosque que se adentra a los límites del palacio y que los príncipes usan como escape al resto del bosque para divertirse y cazar.

Enormes criaturas corrían a toda velocidad entre los árboles, sin embargo, los habitantes estaban acostumbrados a verlos pasear ahí.

-¡Vamos Rey! ¡Eres un poco lento!-

-¡Ja! ¡Quisieras que me rindiera!-

-¡Voy a ganar!-

Los dos lobos siempre competían por ver quien era mejor, no importaba la actividad, la cuestión era siempre retarse mutuamente.

-¡Lain, cuidado!-

A punto de chocar con un hermitaño, hizo impulso con sus patas traseras y saltó al hombre que recolectaba hierbas en la base de un árbol.

-¡Buenos reflejos princesa!- 

-¡Gracias Ker!-

La carrera prosiguió sin ninguna palabra después de eso, a ambos les encantaba correr lo más rápido que les permitían sus patas y sentir su conexión especial, la carrera terminó cuando Lain usó de impulso a su hermano para alcanzar la orilla de un barranco.

-¡Gané! ¡Trágate esa Rey!-

-Presumida...- 

Ambos se sentaron a la orilla para observar la puesta de sol. 

-Demonios, no traje un cambio de ropa...-

-¿Y cómo piensas comer el aperitivo?- Intentando contener la risa dejó en el suelo una mochila que llevaba amarrada al cuello.

-Tienes suerte de tener un mellizo que te conoce bien-

Él se transformó en hombre y le extendió una bolsa.

-Eres genial hermano- Lain tomó la bolsa en su hocico y también regreso a su forma humana para poder vestirse y sentarse a comer.

-Mucho mejor, gracias Reygan- 

-De nada, sientate y comamos...-

-Claro-

Extendieron una manta de picnic y se sentaron. La comida consistía en carne, y algunos vegetales y frutas, ambos disfrutando de sus alimentos mientras ven la luz del sol disiparse. Después de un rato de silencio escucharon a lo lejos un grito de auxilio.

-¿Qué es eso?-

-Parece ser la voz de un pequeño... vamos a ver-

Se apresuraron a guardar las cosas, entonces Lain corrió y en un salto regresó a la forma lobuna para correr más rápido y alcanzar la voz lo más pronto posible, el paisaje parecía sólo manchas y trazos sin forma lo que aumentaba la ansiedad en su pecho, preguntándose porqué se sentía de esa manera, cómo si lo que estuviera a punto de ver algo que cambiara su forma de ver la vida, Reygan se mantenía a su lado compartiendo su inquietud esperando en los dioses que ese sentimiento se desvaneciese al llegar a destino.

Un claro se divisó pronto y bajaron la velocidad hasta convertirse en un leve susurro entre las hojas, su mente jamás estuvo preparada para presenciar eso: una mujer de cabello oscuro y largo yacía en el suelo sin piel, mientras que una nena lloraba a su lado intentando despertarla.

-Dioses... ¿Quién habrá hecho ésto?- Lain sintió la ira acumulándose en sus músculos, temblando, esperando una señal en la oscuridad que la condujese al monstruo que había realizado tan terrible carnicería a los ojos de la pequeña.

-No lo sé... A pesar de parecer una obra de cazador... no creo que lo sea...-

-¿¡De qué m****a estás hablando Reygan?! ¿¡Acaso no ves lo que acaba de ocurrir?! ¡Alguien asesinó a esa mujer! ¡Deja de ser tan pasivo!- El gruñido terriblemente alto de ella alertó a la pequeña que no hizo más que tratar de esconderse detrás del cuerpo despellejado.

-Shh... Has asustado a la niña...- Tomando forma humana y vestido mágicamente, Reygan se acercó lentamente a la pequeña y en un tono tramquilizador decidió presentarse antes de ofrecerle su ayuda. -Hola... soy Reygan... ¿Cuál es tú nombre cariño?-

-Analy... por favor... ¿Puedes ayudar a mi mamá?- Las lágrimas recorrían su rostro, uno que acababa de perder una parte importante de su inocencia.

-Puedo ayudarte a tí... y vengar la muerte de ella si nos ayudas a saber que fue lo que pasó...- Reygan extendió sus brazos después de sentarse a una distancia prudente aunque no pasó mucho tiempo antes de que la niña corriera a abrazarlo y soltar un llanto que lo hizo temblar.

Lain se aproximó a ellos y soltando un suspiro, procedió a cubrir los restos de la mujer con la manta de picnic que Rey había empacado para después sentarse a su lado.

Media hora más tarde, Analy cayó agotada por haber llorado durante tanto tiempo.

-Debemos volver a casa antes de que salgan a buscarnos Rey- 

-Sí... Tú lleva a Analy, yo llevaré a su madre-

-Está bien-

Lain tuvo que volver a su forma humana y tomó a la niña en sus brazos, Rey a la mujer y comenzaron el regreso a su hogar.

La mirada de Wolfred vigilaba a los habitantes, no parecían existir problemas en la preparación del festival. Pero la seguridad nunca puede ser subestimada así que mantenía a los guardias dando rondas por todo el lugar y haciendo reportes de situaciones que pudieran ser peligrosas en algún momento del festival.

-Su majestad-

-Informe...-

-Todo bajo vigilancia, los comerciantes de fuegos artificiales tienen a su alcance las esferas de emergencia al igual que los locales de comida, hay rondas por toda la plaza y alrededor cubriendo poco más de cinco kilómetros a los cuatro puntos cardinales-

-Bien... que comiencen a verificar a los visitantes de otros reinos... debemos evitar que ingresen cualquier cosa que pueda considerarse como arma letal para nuestro pueblo, colocaremos los filtros en las tres entradas, pero en la principal colocaremos dos y...-

Un murmullo en crecimiento hizo que detuviera las instrucciones, y muy pronto un pasillo entre la gente se abrió ante él para dar paso a Reygan y Lain, que llevaban algo con no muy buena pinta, pero se dió cuenta de lo que era cuando el olor de la muerte llegó a su nariz.

-Hola Wolfred...-

-Lain, Rey... ¿Dónde estaban? Madre está preocupada... ¿Qué ocurrió?- Observó el bulto que Reygan llevaba, y a la niña dormida en brazos de lain. -Supongo que no es un tema que pueda tratarse en público... vayamos a ver a nuestro padre...- Se dirigió a un soldado. -Asegúrense de poner los puestos de chequeo, informen cualquier novedad... estaré en el palacio- 

El soldado gritó una afirmación y se retiró con un grupo. 

-Iremos en la carreta, no es necesario que el resto de Canidae se entere de ésto...-

-Pff, los chismes vuelan más rápido de lo que piensas Wolfred... Mañana todo el reino sabrá de ésto...-

-Sí... suban-

Lain se acomodó en el asiento junto con la pequeña, Reygan ocupó el lugar a su lado después de recostar los restos en el suelo y Wolfred se sentó frente a ellos.

-¿Y Midori?- 

-Está ocupandose de los preparativos del festival... ¿No lo recuerdan? Queda una semana...-

-Oh, olvidamos preparar algo... ¿Lain?- 

-Shh... improvisaremos una pelea...-

-Y ésta ocasión yo seré quien te gane- Reygan sonrió dejando ver su blanca dentadura.

-Expliquen qué significa ésto...- Wolfred observó los restos envueltos y a la niña dormida, no pudo evitar tener un mal presentimiento.

-Estábamos en el acantilado y escuchamos a la niña... y cuándo llegamos a ella ya estaba así, la mujer... Creo que es su mamá... Pensamos que podría ser un cazador, pero el estado del cuerpo no es es común en los cazadores- Reygan casi susurró al explicar la situación.

-Si... un cazador no desaprovecharía una cría de lobo y los órganos y huesos de la madre...- 

Cada uno en sus meditaciones, solamente podían escuchar los sonidos externos a ellos. Unos minutos más tarde atravezaron las puertas principales del palacio donde les dieron el paso a la entrada del castillo.

La servidumbre se encontraba aguardando en la entrada y cargaban en sus manos jarras de agua, toallas limpias y frutas frescas esperando a los príncipes.

-Hemos llegado...- Wolfred observó el cuerpo. -Esperen aquí... haré que todos se retiren y nos reuniremos con nuestros padres... éste asesinato puede considerarse como un acto de guerra... y eso es delicado en la víspera de la Luna de Sangre...-

-Sabemos lo que significa Wolfred, ya no somos niños- Lain se bajó de la carreta con la pequeña en sus brazos.

-Es una cabeza hueca...- 

-Pero tiene razón Wolfred...- La princesa dio la orden de retirada y de que se llevaran a la pequeña a una habitación, además de que se le otorgara ropa limpia, comida y un baño en cuanto llegara a despertar, se adelantó para dejar libre el camino a sus hermanos.

-Bien... las mujeres se fueron, bajemos-

Los hombres bajaron de la carreta y entraron al palacio.

La recepción es enorme y una alfombra roja con orillas blancas guía el camino hacía los tronos vacíos, pero sin pensarlo, Wolfred toma un camino a la derecha que lleva hasta una puerta labrada dónde tocó un par de veces hasta que una voz tenue le permitió el paso.

Lain ya se encontraba ahí por supuesto.

-Buenas noches Padre...- Saludaron al unísono los chicos.

-Buenas noches hijos míos...- La voz tranquila de Gabriel llegó a sus oídos. -Su hermana ya me ha contado lo sucedido... llevemos el cuerpo a un lugar más apropiado para analizarlo...- Presionó un botón ubicado debajo del escritorio que hizo abrir camino detrás de una estantería.

Los príncipes siguieron a su Padre hasta una sala subterránea bien iluminada y con la pinta de un hospital.

-Colócala aquí Rey, con cuidado- Gabriel señaló su hijo una mesa de disecciones. El chico siguió la instrucción y adicionalmente retiró la manta de picnic que la cubría.

-Padre... ¿Qué clase de ser crees que haría algo así?- Reygan tuvo que contener una oleada de ira que lo invadía, sabía que esa ira pertenecía a su melliza que no había podido localizar al asesino y eso le quemaba en el orgullo.

-Veremos... le retiraron una parte de piel mientras aún vivía, eso es un signo de tortura que quizá pruebe un interrogatorio... el resto fue removido después de la muerte...- Sus ojos grises brillaron detrás de la gafas de inspección. -No se trata de un cazador, el conocimiento ciertamente es de uno, pero las intenciones es lo que hace diferir su trabajo... ¿Saben quién es? ¿O algo de su hija?-

Lain y Reygan cruzaron miradas, no se preocuparon por conseguir esa información.

-No... sólo tenemos la esperanza de que Analy nos dé pistas de la persona en cuestión...- Lain apretó los puños.

-Si, huelo tu tensión Lain... encontraremos a quien hizo ésto... pero mientras tanto ustedes saben que la Luna de Sangre es crucial para nuestra especie, debemos asegurarnos que el festival se lleve a cabo sin problemas y haremos una investigación privada referente al caso y quiero que tú te ocupes de eso Wolfred...-

-Sí padre...- 

-El ama de llaves se hará cargo de la pequeña, vivirá en el castillo y le brindaremos todo el apoyo posible para investigar si tiene familia dentro de Canidae...- Hizo anotaciones en un block sacado de una bolsa de su pantalón.

-¿Prepararemos un funeral apropiado para ella, verdad?- 

-Si hija...- Gabriel hizo una pausa para acercarse a Lain. -Encontraremos a quien lo hizo...-

-Sí...-

-Ahora, vayan a realizar sus tareas, revisare a la mujer una vez mas antes de prepararla para el funeral, Reygan por favor ocúpate de informar a tu madre y que venga a verme en cuanto pueda...-

-Claro pa- Rey, Lain y Wolfred subieron las escaleras para realizar las peticiones encomendadas.

-Iré a ver a mamá, ¿Irás conmigo Lain?- 

-Claro Rey... después tengo que salir...-

-Está bien, te vemos más tarde Wolfred- 

-Cuídense...- El primogénito salió de la habitación dirigiéndose a la salida principal.

Los mellizos caminaron a la parte trasera de los tronos donde unas escaleras conducen a los pisos superiores y tomando un pasillo a la derecha llegaron a la zona de habitaciones escuchando a lo lejos un canto suave y tranquilo en la puerta al final del pasillo, los aposentos reales.

-Hola mamá- Saludaron a coro.

-Oh, Lain, Rey...- Dejó a un lado el bordado y se levantó a abrazarlos y besarlos. -¿Están bien? Debieron volver hace mucho del picnic...-

-Lo sentimos mamá, nos encontramos con... algo- Lain abrazo a su mamá, y Nahiara notó la inquietud.

-¿Qué pasa Rey?- Acarició el cabello de Lain mientras siguió abrazandola.

-Una mujer fue asesinada... una niña quedó huérfana y papá nos pidió que fueras a verlo a su laboratorio...- 

-Entiendo... Lain, cariño... Haremos lo posible para arreglar ésto...- Le dio un beso en la frente.

-Mamá, posiblemente ésto sea el inicio de una nueva guerra...-

-Esperemos que no sea de ese modo... iré a ver a su padre, descansen por favor-

Lady Nahiara dejó a sus hijos y se encaminó al laboratorio, su mente repasaba las guerras anteriores y de alguna manera todas las que habían vivido comenzaron con un ataque sigiloso.

-¿Gabriel?- Lady Nahiara llegó al laboratorio pero no vio a nadie.

-Aquí estoy amor...- Gabriel salió de una puerta anexa. -Terminé de revisar a la mujer y no había ni siquiera rastro del instrumento que le cortó la piel-

-¿Vampiros?- Nahiara se sentó en una silla cercana.

-No, ésta arma es demasiado sofisticada para ellos... además no tienen paciencia para realizar semejante trabajo y debió tomarles al menos dos horas en hacerlo tan perfectamente... quizá le dio un somnífero a las dos antes de hacer su trabajo-

-¿Porqué no tocó a la niña?- 

-Nadie habría descubierto su trabajo si la pequeña no hubiera estado para gritar y pedir ayuda... ésto es planeado... posiblemente un cazafortunas contratado por los Vampiros- 

-¿Debemos prepararnos para otra guerra?- 

Gabriel se acercó a su esposa, arrodillandose para quedar a su altura y la abrazó, ella correspondió respirando lentamente.

-Nahiara... Quiero que estés lista... debemos repasar los planes de protección- Acarició la espalda de ella, tratando de infundirle confianza.

-La última guerra de la Luna de Sangre dejó muy herido el reino... nadie lo ha olvidado...- Ella levantó su mirada y se detuvo en los ojos cálidos de Gabriel.

-Es por eso que estamos mejor preparados... y también lo están nuestros hijos- 

-Tienes razón, somos fuertes juntos...- 

-Así es...- Él sostuvo el rostro de ella y la besó un momento.

-¿Y qué pasará con la niña?- 

-Nos ocuparemos de ella, el ama de llaves ya fue informada y estará bajo nuestra protección hasta que encontremos algun familiar- 

-Bien... también deberías ir a descansar-

-Terminaré de arreglar los detalles para el funeral y un discurso para evitar el pánico previo al festival...- 

-Claro, no subas muy tarde...- 

Después de un último beso, Nahiara dejó a su esposo en el frío laboratorio y recorrió el camino de vuelta a su habitación.

Gabriel tomó asiento ante el pulcro escritorio de metal, realizando notas rápidas en su libreta personal.

Ataque a mujer joven y su hija.

Datos: Aproximadamente 25 años de edad física

Estado: Piel inexistente, retirada en diferente tiempo. Rastro de tortura en brazos, pecho y espalda. Falta un trozo de la mejilla derecha. No hay marcas de ningún tipo que identifiquen a la víctima en un clan.

Impresiones: El trabajo es de un cazador, pero no un vampiro ya que aún había sangre. Un cazafortunas presumiblemente.

Cerró la libreta y observó la mesa de operaciones donde yace el cuerpo de la mujer sin nombre.

Se levantó y comenzó a rebuscar entre sus documentos las actualizaciones sobre seguridad en los demás reinos.

"Si se trata de un cazafortunas, seguramente seguirá  un patrón y los reyes buscarán dar la información sin alertar a su población... Ésto llevará bastante tiempo, el festival es en una semana y debo asegurar el bienestar de todos." 

Y apresuradamente revisó las noticias.

Para el rey de Canidae, ésta será una noche muy larga.

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