- Beca, tienes unos minutos para un café – me preguntó Daniel al salir de su oficina – Si, en seguida- le respondí y me apresuré a alcanzarlo – Salgamos a buscar un lugar tranquilo para hablar – su tono serio me ponía nerviosa - ¿Y el café? – le dije bromeando, el café se había convertido en una especie de broma privada entre nosotros, lo entendió y me sonrió – Ahora que todo regresa a la normalidad es momento de retomar la plática que dejamos pendiente…- su voz delataba sus nervios – Al fin sabré cual fue el problema que te impidió seguir acompañándome - seguía con mi tono relajado tratando de que el también lo hiciera – Escucha no es un problema o eso creo… - estaba dando rodeos como si no encontrara las palabras - Es algo simple y complicado a la vez… de acuerdo lo diré de una vez… ¡Me gustas! – lo soltó rápido y me tomó por sorpresa, no creí que esta conversación tomaría ese rumbo - ¡¿Qué?! – exclamé sorprendida – Se que tal vez ya habías notado algo, desde el primer día que torp