Gabriel tenía dos días libres a la semana, sin embargo, no esperaba que el lo supiera. Apareciendo de la nada igual que un fantasma.
El muchacho casi se atraganta con la tortilla de verde que estaba comiendo cuando lo vio aparecer ante el.
Esperen dijo ¿Casi?
Tosió de manera inevitable por la sorpresa.
-Cielos. ¿estas bien?- con una de sus manos golpeo su espalda
Pero Gabriel seguía tosiendo mientras lo miraba – e-estoy bien. – tosió un poco más. Y trato de apartarse de él.
-¡Hey, denme una botella de agua por aquí! ¡Rápido!
-E-estoy bien- insistió Gabriel, para lo cual su tos ya había disminuido considerablemente
Una botella llego pronto a sus manos -Toma un poco.- le incito el muchacho
Gabriel lo hizo, y el alivio que sintió fue casi instantáneo.
-No deberías comer nada sino tienes con que rodar
-Daniel- dice -¿Qué haces aquí?
-Bueno- el muchacho lo mira divertido, y aquella mirada de ojos verdes logra ponerlo nervioso, o quizás ansioso -¿Hacemos algo?
-A que te refieres con… ¿hac