Si uno pasaba por los pasillos de Sweet Armonis podía darse cuenta cuando estaban sus alumnos con exámenes encima: Uñas comidas, cabellos alborotados, apuntes desordenados, ojeras y sobredosis de café hacían el combo de "estudiante en exámenes".
Los seis meses que nos separaban de la "semana de la muerte", como llamaban los alumnos del instituto a los siete días de exámenes, habían pasado en un suspiro. Allison y sus amigas habían regresado tras sus dos semanas de castigo con las baterías cargadas de resentimiento y odio hacia Nicholas y a mí; por ende, cada vez que quería ir al baño debía ir acompañada de al menos dos de mis amigas o de lo contrario sabía que alguna de ellas tres me estaba esperando para hacerme daño.
El primer día que Allison y sus amigas habían regresado me vi acorralada entre los casilleros y una rubia sacada de sí misma.
—¡Me pagarás esto, Sucrette! —gritó mientras levantaba su mano de uñas esculpidas lista para estampillarla contra mi rostro, pero entonces de la