Capítulo 1604
En la carretera a unos cuantos kilómetros del pueblo, Miguel y Laudencio estaban sentados en el auto, esperando por más de dos horas...

Justo cuando ambos estaban a punto de quedarse dormidos, alguien golpeó la puerta del auto. Y al voltear, vieron a Simón, que llevaba a un anciano algo descuidado, acercándose apresurados al auto.

—¡Hermano, si no llegabas, ya nos estábamos quedando dormidos!

—¿Él es... el viejo del que me hablaste por celular?

Al ver a Simón llegar, Miguel y Laudencio bajaron atentos del auto para ayudar a acomodar al anciano discapacitado en el vehículo.

—Así es.

—Primero volvamos a Isla Lacustrina, y luego discutiremos el siguiente plan. Desmantelar la corrupción en la industria médica de Valivaria no será tan simple como lo pensamos en un principio.

—De acuerdo.

—Entonces, regresemos y lo discutimos allí.

Simón, Miguel y Laudencio intercambiaron unas cuantas palabras y luego se dirigieron en el auto hacia la ciudad.

Mientras tanto...

Después de asegurarse de que Si
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