—Está bien, iré de inmediato, — dijo Simón, colgando el teléfono y pidiendo al chofer que lo llevara directo a la Unidad de Operaciones Especiales.
Al llegar, Gael ya lo estaban esperando en la entrada. Intercambiaron algunas miradas y luego Gael condujo a Simón hasta su oficina.
Adentro, Oswaldo estaba sentado. Después de un apretón de manos y de sentarse, Oswaldo comenzó directamente: — Fructuoso se niega a hablar, y Benvolio ha revelado solo el nombre de un dignatario de Monteverde Azul. La situación es bastante complicada.
—¿En qué consiste la dificultad? — preguntó Simón.
Oswaldo arrugo un poco el ceño y respondió: —No dicen nada. Benvolio solo ha mencionado un nombre, sin detalle alguno. Aunque el departamento de disciplina ya está involucrado, no podemos actuar contra él debido a su estatus. Es un caso muy complicado.
—¿Qué dignatario de Monteverde Azul? ¿Qué tan importante es para que estén tan atascados en esto? — preguntó Simón.
Oswaldo suspiró y dijo: —Vicencio Pereda.
—Vic