Capítulo 1278
Incluso el alcalde Tristán de Ciudad Vallecielo mostraba una expresión de absoluto asombro en su rostro.

Hay que entender que una persona del Dominio Sagrado prácticamente trasciende la gestión del mundo común, y no es alguien que un simple alcalde pueda lograr controlar.

El imponente poder de Ildefonso asustó tanto a Amparo que su rostro se volvió pálido por completo de la preocupación.

Mientras todos estaban extremadamente sorprendidos, Simón soltó una gran carcajada y dijo: —¿Dominio Sagrado? ¿Estás seguro de que eres del Dominio Sagrado?

El tono de Simón estaba lleno en ese instante de burla y desprecio. Esto enfureció en gran manera a Ildefonso. Aunque no fuera del Dominio Sagrado, estaba a medio paso de serlo. ¿Cómo se atrevía un simple practicante del reino espiritual a menospreciarlo tanto?

—Chico, estás al borde de la muerte y aún así te atreves a ser tan terco.

La energía espiritual de Ildefonso ardía intensamente, las runas giraban por completo, y su cimitarra emitía una imp
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