~Nathaniel~
Dejé dinero suficiente en la mesa para cubrir la cuenta y corrí tras ella. No podía dejar que las cosas terminaran de esa forma, no cuando finalmente entendía por qué estaba actuando como un robot corporativo.
La encontré en la acera frente al restaurante, mirando el teléfono con una expresión frustrada.
—El Uber va a tardar quince minutos —murmuró sin mirarme.
—Annelise...
—Por favor, no. —Sacudió la cabeza, todavía evitando mi mirada—. Ya dije todo lo que necesitaba decir.
—Pero yo no lo dije.
Suspiró profundamente, finalmente mirándome. Había lágrimas en las comisuras de los ojos que claramente estaba intentando contener.
—¿Qué más quieres de mí, Nathaniel? Ya dejé claro que necesito mantener distancia. Que esto es por mi bien profesional.
—Quiero que entiendas una cosa. —Di un paso más cerca, pero mantuve una distancia respetuosa—. No es porque tuvimos sexo en ese avión que no te tomo en serio.
Me miró con escepticismo.
—Nathaniel...
—Déjame terminar. —Levan