Capítulo 38.
Capítulo 38.
Narrador omnisciente:
Fernando subió sin avisar. Tenía el gesto serio y las ideas claras. No era la primera vez que se enfrentaba a alguien como Jorge, pero esta vez sí era algo personal. Entró en la oficina sin llamar y cerró la puerta detrás de él de un golpe.
Jorge estaba de pie junto a su escritorio. Se giró al verle y dejó de revisar los papeles.
—¿Tú qué haces aquí?
—Necesitamos hablar —dijo Fernando, sin rodeos.
—No tengo nada que decirte —respondió Jorge, sin invitarle a pasar ni a sentarse—. Si tienes algo que tratar, llama a mi secretaria. Y si vienes por Gabriela, peor me lo pones.
—Vengo por ella, sí. Porque esto ha llegado demasiado lejos.
Jorge soltó una risa seca, sin una pizca de humor.
—Tú no tienes ni idea de hasta dónde ha llegado esto. Y no solo eso, además no es de tu incumbencia.
—Claro que me incumbe. La estás aislando. La estás destruyendo poco a poco. Y si crees que nadie va a hacer nada, no sabes lo equivocado que estás.
—Cierra la boc