15- Enamorada del Pecado.
—Llamen a Alessandra y díganle que se venga a despedir de su hermano —repitió Fabrizio.
Ambos se miraban como si fueran los peores enemigos en ese instante. Ninguno se iba a lastimar hasta que el otro lo hiciera primero. Era muy común entre ellos ese tipo de discusión. Alessandro tenía a su gente y Fabrizio a la suya, pero nadie más que ellos sabría que un paso en falso de sus guardaespaldas, les cobraría la vida a la mitad de la organización.
Alessandro no traicionaría a Fabrizio. Jamás. Pero tampoco se arrodillaría frente a él para pedir la dirección de Emma. El tipo era alguien orgulloso y no llegó a ser Sottocapo, humillándose a nadie y mucho menos, lamiendo zapatos para seguir con vida.
Si él moría, lo haría con orgullo. Alessandro De Santis no era un cobarde y si moría en manos de Fabrizio, por lo menos sabría que fue por orgulloso y no por traidor.
Por otro lado, Fabrizio miraba a Alessandro como un padre orgulloso y dolido. Él estaba acostumbrado a doblegar a las personas, per