— Tienes una buena amiga, Lara, ya comprendo por qué estabas preocupada por su opinión — Waylon le comentó cuando regresaban a la fiesta.
— Si… ella es, bueno, un poco protectora, por eso no le dije nada, además, no lo habíamos hablado en nuestro acuerdo y…
— Claro, “el acuerdo” — La maldita palabra le parecía ahora tan incómoda y detestable.
Waylon suspiró.
— ¿Sucede algo? — Ella quiso saber notando el cambio en la actitud de su esposo.
— Es que… puede que algunas cosas hayan cambiado, no por el hecho de que ya estemos casados, hablo de lo que pasa de unos días para acá, y el bendito acuerdo… ¿Realmente esto es lo que quieres, Lara? — Deteniéndola a medio camino y mirándola de una forma tan intensa que ella necesitó contener la respiración antes de ponerse en evidencia.
— No te entiendo… — Dijo tanteando el terreno, no quería irse de bruces y tener que lamentarlo luego.
Waylon tomó sus manos con cuidado.
— Me refiero a que alg