— Hola, Waylon, ¿Alguien te ha dicho lo guapo que estás hoy? — Ashley aprovechó para decirle, acercando tal vez demasiado a su rostro.
— Ashley, no empieces — Él le advirtió mirándola severamente.
— Vamos, eres mi cuñado ahora, no estoy empezando nada — Con una mirada de picardía demasiado sugerente para el gusto del CEO mientras acariciaba con lentitud la solapa de su esmoquin.
Waylon sujetó su mano con firmeza y clavó la mirada helada sobre ella.
— Nada de juegos, Ashley, no quiero que me toques de ese modo, si no te has dado cuenta, ¡Soy un hombre casado, y tú, eres la esposa de mi hermano!, aunque, para serte sincero, no comprendo como sucedió eso, porque hasta para él, tú eres mala influencia.
— Lastimas mis sentimientos, Waylon…
Waylon no pudo evitar reírse.
— ¿Tienes sentimientos?
— No te burles, claro que los tengo, y sabes por quien… — Dejando en el aire una clara sugerencia totalmente inapropiada para la ocasión, o pa