Waylon volvió a revolverse en la silla de piel de su oficina, sintiendo como el suelo se abría bajo sus pies.
— ¿Tienen pruebas de esto?
— No estaríamos aquí de no tenerlas, señor Scott, la pregunta es, ¿Sabía usted de la existencia de esta red?
Waylon bajó la mirada furibunda y guardó silencio.
— El que calla otorga — Dejó escapar el otro policía.
— Le agradeceré que no suponga nada, señor agente, conozco mis derechos como ciudadano, y también conozco los procesos legales, no quiera venir a intimidarme, y si lo que quiere saber es si estoy involucrado, ¡Pues déjeme decirle que ni de lejos sería tan estúpido como para poner en riesgo un emporio mil millonario con negocios tan burdos! — Le dijo con voz firme y mirada de halcón.
— No lo estamos acusando de nada, señor Scott, solo hacemos nuestro trabajo.
— Supongo que así es, señor agente, entonces, agradezco que hayan venido hasta aquí para informarme de esta situación, y sepan que estaré dispuesto a colaborar con la investigación, per