Mundo ficciónIniciar sesiónLa vida me da esperanzas.
Amelia
El sol cae, se oculta en el horizonte detrás de las nubes. Me dejo caer en el sillón modular frente a la ventana de mi habitación con un libro en las manos, Sebastián no tarda en llegar y Max está entretenido jugando con mi papá. Me gusta esta calma, esta tranquilidad tan cálida, es como si ya nada pudiera hacernos daño. Sonrío al sentir como mi bebe se mueve dentro de mí. La puerta se abre de pronto, miro y es mi esposo, que se queda de pie observándome con ojos de amor.
Le sonrío y le extiendo la mano para que se acerque.
—Ven, quiero que lo sientas. —Se apresura, toma mi mano la suya tiembla ligeramente, se agacha apoyándose en una de sus rodillas. Contiene la respiración.
Llevo mi mano con la suya hacia mi vientre, justo cuando una fuerte patada me deforma







