Lorenzo la observa en silencio mientras piensa en qué responder.
— ¿Qué quieres decir? No... No sé de qué estás hablando, hermanita.
— Seguro que lo sabes, pero probablemente no me lo dirás, y para que no puedas decirme debe ser algo muy importante o ilegal, ¿no? — interroga Aurora.
— Claro que no, Aurora, ¿qué idea es esa? Deben ser simplemente asuntos de la empresa, por eso él no te lo contó. — miente él.
— No insistiré porque sé que no hablarás. — ella lo observa suspirar aliviado — pero lo descubriré. — desvía la mirada cuando llega el camarero y hacen los pedidos.
— Aurora, no hay nada que descubrir, vamos a disfrutar nuestra noche. Extrañaba estos momentos juntos, nuestras conversaciones.
— Está bien, perdóname por eso, hermano. Estoy nerviosa por los últimos acontecimientos, han sido días difíciles... También te extrañaba a ti y a nuestros momentos. Sabes que te amo.
— Yo también te amo, mi princesita. Me recuerdas a ella, tu forma de ser, tu sonrisa.
— La echo de menos — dice