Brandon era persistente, y Alexander tenía una cierta idea de sus intenciones, así que no dijo nada. Miró a Edward y solo dijo: “¡Conduce!”.
Brandon se dio cuenta de lo que quería decir cuando el coche arrancó, así que cerró rápidamente la puerta. No era fácil conseguir algo de tiempo a solas con Alexander. Brandon ya no podía preocuparse de nada más, y con decisión dejó su coche en el estacionamiento subterráneo.
Después de todo, era una oportunidad única. Brandon tenía que pensar las cosas detenidamente y ordenar sus palabras para que sus preguntas no fueran demasiado bruscas. Mientras pensaba en cómo formar sus frases, oyó que Alexander le preguntaba primero: “¿Brittany te pidió que te reunieras conmigo?”.
Brandon se quedó mirando a Alexander de forma asombrada, con una cara rígida. ‘¡Amigo, puedes leerme la mente!’.
“No puedo leerte la mente. ¡Tu cara lo dice todo!”. Alexander lo miró y dijo con calma.
‘Bueno, si Alex no puede leerme la mente, ¡¿cómo es que sabía lo que estaba