Al despertar, Noah lo hizo con una sensación de desorientación total.Al abrir los ojos, no comprendía muy bien dónde estaba, hasta que su mente, poco a poco, comenzó a procesar la información, recordando cómo había llegado hasta allí.La imagen borrosa y los sonidos le indicaron que había perdido el conocimiento y, en ese momento, se encontraba en un entorno que le resultaba sumamente incómodo.Con esfuerzo, intentó recordar cómo había terminado allí y por qué había perdido el conocimiento, sin embargo, su mente estaba completamente nublada.Mientras luchaba para recobrar la claridad de su mente, su mirada se posó en Sophia, quien, en cuclillas, abrazaba a Liam y lo mecía con suavidad.Una suave sonrisa se formó en su rostro mientras observaba aquella acogedora escena.Sin embargo, la imagen de Sophia meciendo a su hijo, además de reconfortante y cálida, despertaba aún más los recuerdos que lo habían llevado a perder el conocimiento.A medida que se despertaba por completo, un nuevo
Aquella mañana, Sophia se levantó temprano como de costumbre. Desde que Liam les había pedido que durmieran juntos, Noah y ella así lo habían hecho.Ella intentaba convencerse de que accedía a cumplir los deseos del pequeño, sin embargo, había algo de aquella cercanía con Noah que la relajaba y le daba una satisfacción más grande que, incluso, un encuentro íntimo.Al levantarse, no pudo evitar recrearse en la figura de Noah debajo de las mantas. Verlo, así, plácidamente dormido la hacía sentir la mujer más feliz del planeta. Ver la tranquilidad en él hacía que ella se sintiera tranquila y fuerte, capaz de afrontar lo que pudiera venir.No estaba segura de por qué, pero, junto a Noah, se sentía segura. Segura de que nada ni nadie podría hacerle mal.Intentando no hacer ruido, se encaminó hacia el cuarto de baño. Al salir, se encaminó hacia el pasillo, en donde se encontró con Liam parado al pie de las escaleras en silencio, con su muñeco de peluche abrazado con fuerza.—Mami —dijo el n
Cuando llegaron a la mansión, se adentraron en el más completo silencio. Liam, leyendo el ambiente entre Noah y Sophia, los abrazó con fuerza y, acto seguido, corrió escaleras arriba. —Ten cuidado te puedes caer —le advirtió Sophia, controlando con la mirada que no sucediera ninguna desgracia. Cuando el pequeño desapareció de su vista, Sophia se giró hacia Noah y lo increpó: —¿Me puedes explicar qué demonios fue eso? Noah la miró de pies y cabeza y vio lo desalineada que estaba por culpa del enfrentamiento con Irina. —No lo sé, Sophia. Te juro que no lo sé. —Dime qué diablos hay entre tú y tu exesposa. No quiero tener nada que ver con dramas familiares que me exceden por completo. Puedo ser amiga de Liam, pero no tengo por qué estar casada con un hombre que no olvida a su ex. —Sophia no es cómo piensas. —¿Y qué crees que pienso? No pienso nada, solo digo lo que veo. Me llega una foto en la que estás con tu ex con fecha de hace dos días, se presenta de la nada en el parque… Est
Aquellas declaraciones sacudieron a Sophia hasta lo más profundo de su ser. No podía permitir que difamaran el trasfondo de la fundación de esa manera. Los únicos interesados en sacarle provecho eran Lucas y Emily. De eso no tenía ni la más mínima duda.—Esto tiene que terminar —dijo con determinación, mientras apretaba los puños.Determinada a enfrentar aquellas acusaciones y a proteger el trabajo de su fundación, Sophia se encaminó hacia la sala y llamó al a representante legal de la fundación, solicitándole que gestionara una conferencia de prensa.Tenía que desmentir las afirmaciones de Lucas, a como diera lugar, y demostrar la importancia de la terapia animal en el bienestar de los niños con autismo. Tenía que demostrarles a todos que la actividad de su equipo era totalmente lícito, efectivo y libre de crueldad animal.Por la tarde, Sophia se adentró en la sala de conferencias. El salón estaba repleto de periodistas y de cámaras que se enfocaban en ella, expectantes de lo que ten
UNA SEMANA DESPUÉSEl incidente de Max con Liam, o, como lo catalogaban todos los medios, el ataque del can al niño autista, un titular que le daba escalofríos, Sophia se encontraba sumida en la completa incertidumbre, estaba atormentaba y las dudas no la dejaban en paz.Conforme habían pasado los días, las acusaciones de Lucas se habían intensificado. La conferencia de prensa había sido un desastre y los comentarios maliciosos se habían propagado como la peste y la reputación de la fundación estaba cada vez peor.Sophia se sentía angustiada y atrapada en una maldita pesadilla de la que no podía escapar.Tras pensarlo durante un par de días, tomó la decisión de enfrentar todo aquello y tomar medidas de inmediatoDurante la reunión que había organizado tras la conferencia de prensa, su equipo comenzó a revisar cada detalle y cada uno consultó con los expertos en el adiestramiento de los canes de la fundación.Todas y cada una de las posibles causas fueron analizadas minuciosamente, des
Mientras Sophia aún se encontraba en la fundación y el sol comenzaba a ocultarse en el horizonte varias sombras se cernieron sobre el edificio.Un grupo de hombres, completamente vestidos de negro, se infiltró en el recinto y, con movimientos sigilosos, atravesaron entre los pasillos en penumbra.Sus miradas se posaron, codiciosamente, en los diferentes y valiosos canes, que se encontraban en sus respectivas y amplias jaulas.Mientras los intrusos avanzaban, encontraron una de las mascotas más queridas de la fundación, el mismo que había despertado la indignación, tras el incidente con el pequeño. Se trataba de nada más ni nada menos que Max.Con crueldad en sus corazones, y procurando hacer el menor ruido posible para no llamar la atención, tomaron al perro y lo arrancaron de su refugio, haciendo que el animal aullara de dolor, un aullido que, para su disgusto, resonó entre los desiertos pasillos.Noah, quien había acompañado a Sophia en todo momento, había salido brevemente de la fu
UNA SEMANA DESPUÉS.Luego de que le dieran de alta, Sophia volvió rápidamente al ruedo, no solo con la fundación, sino que también que el trabajo que tenía en paralelo de celestina.Tres veces a la semana, cada quince días, organizaba citas a ciegas para ayudar a personas sin pareja a conectarse entre sí.Cada persona que solicitaba sus servicios le facilitaba toda la información de su persona, incluyendo salud y antecedentes penales para que ella pudiera emparejarlos por sus gustos e intereses, y también con respecto a sus manías y sus defectos para que se complementaran.Muchos le habían pedido explicaciones de por qué hacía aquello cuando ya existían aplicaciones de citas, no obstante, ella siempre aseguraba que esa era la mejor manera que podía existir de tener una cita a ciegas, porque no lo era por completo.Ese día, tenía que planear una cita entre un hombre de treintaicinco años que había pasado los últimos diez años de su vida cuidando a su madre enferma, por lo que no se hab
Moviendo las ruedas de su silla, Lucas se acercó sigilosamente a Emily. Estaba decidido a enfrentarla.Ese era su as bajo la manga y ya era hora de que le pusiera fin de inmediato a todo ese asunto.Emily le había implorado que confiara en ella, prometiéndole que en poco tiempo haría que Sophia accediera a cederle las fundaciones. Sin embargo, estaba fallando en todo lo que intentaba. Por ese motivo, tenía que dar un nuevo paso, aunque en su caso fuese «irónico».Cuando se encontró sumamente cerca de ella, con cautela, susurró las palabras que sacudieron a Emily.—Lo sé todo.Emily, sobresaltada, se giró hacia él y exclamó:—¡Oh, por Dios! ¡Lucas, casi me matas de un paro cardíaco!—No te hagas la estúpida. Me estabas esperando, pero no por el motivo que yo vengo.—¿Qué sucede? En serio, Lucas, no entiendo qué está sucediendo —repuso, aparentando estar sorprendida.—¡Lo sé todo! —exclamó, prácticamente harto.Tenía que finiquitar aquello de una vez.—¿Qué es lo que sabes? —lo enfrentó