Capítulo 46

Kalil.

—Tome esto majestad —dijo una dama ofreciendo una tasa hacia mí, mientras mi madre caminaba apresurada y muy nerviosa.

Sujeté la tasa, era café muy cargado. Pero lo necesitaba.

Estaba molido, mi cuerpo exhausto no podía siquiera sostenerse de pie. Amanecí en las calles de Angkor junto a los pelotones, pude hacer frente a varios grupos en compañía de Kader, habíamos luchado arduamente por enfrentar con nuestro ejército, todas las desagracias que se estaban suscitando.

Tenía algunos rasguños en la cara, y los nudillos rostros, las palmas de las manos me ardían, pues sostuve la espada por mucho tiempo y estaba fatigado, hasta el aire podía quemar mis pulmones del cansancio.

Pensé, pensé en Saravi cada vez que hacia frente a un enemigo, descargué mi ira en cada uno de ellos, hasta que mi p

Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App