Narra Ciara:
Tomé el paquetito y saqué el condón. ¿Cómo diablos se ponía? ¿Había un derecho y un revés? Arlen al ver mi duda, tomó mi mano y me guío hacia su pene. Sin preguntarme me enseñó a ponerlo, mejor dicho, lo pusimos entre los dos. Sentir su miembro y como se iba cubriendo fue tan sensual, tan sexy. Estábamos hincados uno frente al otro. Nos miramos y comenzamos a besarnos. Arlen fue recostándome lentamente, su mano bajó hasta mi centro, estaba húmeda por él.
—Abre más las piernas, pequeña.
—Obedecí y pude sentirlo en mi entrada resbalando, entrando poco a poco en mí, lo hacía despacio atormentándome, así que, de solo un movimiento de caderas, hice que entrara en mí por completo.
—Ciara —jadeó y comenzamos a movernos. Nuestra danza era básica, pero era nuestra, así como yo era de Arlen y él era mío.
Arlen me besaba y me decía te amo con cada embestida, me sentía tan plena, tan amada. Lo vi hacer un esfuerzo para aguantar, pero sabía que mi cuerpo tampoco aguantaría mucho