CAPÍTULO 139: EL PRECIO DEL APELLIDO
Andrew
No sé si estoy huyendo de algo o corriendo hacia una especie de redención, pero últimamente cada paso que doy se siente como un castigo. Camino por las calles de Los Ángeles como si todo el ruido no pudiera alcanzarme, pero la verdad es que no dejo de sentir que alguien me respira en la nuca. Me alejé de Vanessa y le di la espalda a mi padre. Filtré los documentos, aunque sabía que eso iba a tener consecuencias, pero jamás imaginé que fueran tan rápidas… ni tan brutales.
Acabo de salir de la veterinaria donde estoy haciendo horas extra. Los turnos me cansan, pero me distraen. Al menos, no pienso en Claire ni en Maddison ni en lo que fui capaz de hacer por una rabia que ya ni siquiera entiendo.
Estoy llegando a mi edificio cuando lo siento. Un ruido detrás de mí, unos pasos mal disimulados, y después… oscuridad.
No tengo tiempo de reaccionar. Uno de ellos me estrella contra el muro y los otros me golpean con furia. Codazos, puñetazos, rodilla