En el auto, sigo trabajando, siguiendo las instrucciones de mi jefe, mientras esperamos que Taddeo salga. Flora, aparece con Taddeo dando saltos y buscándonos, hasta que abren la puerta del auto y me ve.
— ¡Mami!— ¿Cómo te fue, cariño? — pregunto y él me sonríe.— Bien.— Se nota, yo cuando salía de algún examen, salía casi llorando o realmente llorando. — digo y él me sonríe.— Mami tiene un hijo inteligente. — dice Taddeo y yo asiento besando su cabeza.— Tienes razón, mi vida. — le respondo y me giro hacia mi jefe. — ¿A dónde vamos, señor Cappelletti?— A la empresa. Necesito que solucionemos el problema hoy o por lo menos, avanzar bastante.— Pero, ¿Qué hay de Taddeo? — pregunto preocupada.Los recuerdos de todo lo que sucedi&oa