Llegamos a una pista de hielo y yo niego de inmediato al saber que no estoy dispuesta a ser parte de algo así. pero, nadie me presta atención, porque Taddeo esta emocionado viendo todo desde el auto y mi jefe está concentrado, parqueando el mismo.
— No puedo ir. Yo no sé patinar. Lo mejor es que los espere en el auto. — digo y de inmediato los dos niegan con firmeza.— Es una salida familiar, ¿lo recuerdas? — pregunta mi jefe.— Pero, no tengo ropa para eso y tampoco, sé cómo patinar, lo mejor es que no vaya. Solo estorbaría.— Te enseñamos. — dice mi jefe.— Yo no sé. — dice Taddeo sonriente. — Aprendamos los dos.Dudo, pero, Taddeo se baja y abre la puerta del lado donde estoy, por lo que, bajo a regañadientes, aunque el miedo me invade. Como una familia normal, entramos al lugar, siendo Taddeo quien sostiene sus man