Entro en pánico, porque Taddeo me observa con mucho miedo y por eso, me esfuerzo en no gritar para no angustiarlo más de lo que ya está, pero, es seguro que eso no va a salvarlo. Por eso, vuelvo a recurrir a Ivanna.
— Entiendo que no te agradan muchas cosas de Taddeo, pero, es tu hijo.— Es tu hijo, Shantelle. A ti es que llama mamá. — dice Ivanna con su mirada vacía.— Puede llamarme muchas veces madre, pero, quien lo tuvo en su interior y lo tarjo a este mundo, eres tú, Ivanna. Así que, por favor, en nombre de ese vínculo irrompible, protégelo. Protege a tu hijo. — pido tomando su mano y acariciándola para que salve a Taddeo.Tom se burla por mi desespero, pero, a él no le importa en lo absoluto que sea un niño el que vaya a lastimar. Parece que no tienen alma, ni mucho menos consciencia, por lo que, no sé cómo convencerlos.